Capitulo VI

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"Semen-up"

Ludovica salió rápido del departamento, no quería hacer esperar a Blas. El auto que la estaba esperando afuera era muy lindo, un Chevrolet retro de color rojo, Blas estaba parado con las manos en los bolsillos, apoyado en el lado de la puerta del copiloto, al verla sonrió y le abrió la puerta.
- Hola Ludo - Le dijo mientras de acercaba a saludarla
- Hola Blas - Respondió besando el cachete del ruliento, para luego subir al auto
Emprendieron rumbo al lugar que Blas había planeado para su "cita", iban en silencio, aunque no era incómodo, hasta tal vez era algo estimulante, apenas se conocían y estaban yendo juntos a un lugar del que Ludovica no tenia ni idea. Pasados un par de minutos, Blas prendió la radio, empezó a sonar "trátame suavemente" de soda stereo.
- Me encanta esta canción - Comenta ella
- A mi también, me gusta mucho soda ¿Te digo un dato que te va a chupar un huevo?
- Dale, ese es mi tipo de datos favorito.
- Tengo sol y ascendente leo como Cerati - Contó como orgulloso
- ¿En serio? Yo también soy ascendente leo - Responde ella sorprendida de que el chico supiera de astrología - ¿Donde aprendiste astrología?
- Una piba con la que anduve, era fan de todo eso y me hizo la carta astral, también me obligaba a llevar un cuarzo en el bolsillo siempre - Explico causando una cara de desagrado en Ludovica, el río y se apuró a aclarar - Pero cortamos hace más de un año ya.
Ludovica se dió cuenta gracias a la risa de Blas que estaba delatando sus celos con su cara, se rió también, decidió cambiar el tema:
- ¿Y a donde me llevas? - Preguntó
- Dijiste que querías que fuera sorpresa.
- Me arrepentí
- Jodete, no te voy a decir hasta que lleguemos - Respondió peleandola
- Bueno, así quedamos vos y yo - Dijo haciendose la ofendida
Blas sonrió para si mismo.
- Mira llegamos - Señaló el
Estaban afuera de la ciudad, dónde apuntaba el ruliento era un restaurante de dos pisos, tenia un cartel de luces amarillas donde decía el nombre del lugar "Bocanada", Ludo se preguntó si el nombre estaría relacionado con el gusto de Blas por Cerati. Se bajaron. No era el estilo minimalista de los restaurantes que acostumbraba Ludo, era un estilo totalmente distinto, más "bohemio". Blas le ofreció el brazo a Ludovica para entrar.
El interior era hermoso, había plantas en macetas de cerámico negro, las luces eran cálidas y algunas eran rojas, había sillas altas junto a la barra pero los asientos alrededor de las mesas eran sillones negros y bordo, había una mesa de billar y estaba todo decorado con vinilos y cuadros de Cerati, Calamaro, Sui Generis y demás. En una esquina había un pequeño escenario, en ese momento estaba una banda haciendo un homenaje a Fito Páez.
Blas giro la cabeza hacia Ludovica expectante de su reacción. Ella lo miró, le brillaban los ojos:
- ¿Y que opinas? - Preguntó ansioso
- Blas - Respondió ella - Es muy hermoso, gracias por traerme
El sonrió entre orgulloso y contento.
Fueron a una mesa cerca del escenario. Pidieron para comer, ella pidió unos nuggets con forma de dinosaurio (no se pudo resistir) con papas, el pidió una milanesa a caballo, con una lata de cerveza cada uno.
Hablaron mucho durante la cena, sobre quienes eran, que los hacía sentirse vivos y que los llenaba, a donde querían llegar con sus carreras y cuan famosos buscaban ser, Blas contaba anécdotas que Ludovica no podía creer o que la hicieran reír, también le contó de su pasado esperando que en su futuro estuviera ella. Ya eran casi la una cuando pidieron la cuenta, claro que pagó el, y salieron del restaurante. Se sentaron sobre el capó del auto a fumar y mirar el cielo, como estaban fuera de la ciudad, se podían apreciar mucho mejor las estrellas:
- No puedo creer que te pediste nuggets con forma de dinosaurio, sos una nena - Le dijo jodiendola
- Déjame ser, encima estaban riquísimos - Respondió mientras le pegaba un pequeño codazo en su costado, provocando un fingido "auch" de parte de el. Era temprano pero a ella ya le había dado sueño, así que dejo caer su cabeza en el hombro del morocho, aunque ella no lo vió, eso le provocó una sonrisa. Si Ludovica le hubiera propuesto en ese momento salir corriendo, subirse a la parte de atras de un camión y llegar hasta Rio de Janeiro, el le hubiera dicho que si, estaba como hechizado, rendido a los pies de la pelinegra, sin saber que quien siempre pierde es quien mas siente.

La + linda del amor | Matias Recalt/Blas Polidori Donde viven las historias. Descúbrelo ahora