Capitulo VIII

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"La bestia pop"

Llegó de correr, estaba agotada pero se sentía bien, lo primero que hizo fue meterse a la ducha. Matias había acordado pasarla a buscar a las 6, eran 5:30 así que comenzó a vestirse, se puso un pantalón tiro bajo acampanado con un top negro, pensaba ponerse una falda pero si iban a subir las escaleras otra vez no era lo más conveniente. Se puso rimmel y un bálsamo con un leve tono amarronado, y esperó 5 minutos hasta que llegó Mati.
Salió de su departamento y se subió al auto.
- Hola, ¿Como estas? - Saludó ella
- Hola linda, bien ¿vos? - Respondió encendiendo nuevamente el motor
Conversaron sobre su día, ella le contó sobre como le había ido en la entrevista:
- Si, la hiciste muy bien, me entretuvo a pesar de no tener idea de quien era la otra piba.
- Gracias, la fiesta de hoy la organiza ella con otros pibes así de redes
- Ahh... Igual a mi me chupa un huevo, yo voy porque vas vos.
- Awww más lindo el - Respondió exagerada y le dio un beso en el cachete
- Salí que si me desconcentras no puedo mirar a la ruta. -  Dijo intentando ocultar una sonrisa.
- ¿Ah si? - Respondió desafiante, empezó a darle besos en toda la cara y luego besar la comisura de su labio, para luego besar su labio inferior.
- Mi amor vamos a chocar - Dijo el mientras dejaba su boca algo abierta para que Ludovica la besara
- Tenes razón - Dijo con una sonrisa pícara mientras abruptamente se alejaba de el, y volvía a apoyar su espalda en el asiento copiloto
- Pero para hija de puta - Dijo mientras frenaba el auto ahí mismo, tocaba el botón para activar la baliza del auto y se volvía hacia ella para besarla, colocando una mano en su muslo y la otra en su cara.
La besó rápido y con fuerza, y luego se alejó y arrancó el auto nuevamente.
- Mira que me vas a dejar así, gila. - Le dijo mientras se acomodaba el pelo.
Después de un ratito llegaron al cine abandonado, otra vez. Se bajaron del auto, Matias llevaba una mochila que tenía el termo, el mate y eso, Ludo solo llevaba una cartera con su teléfono y esenciales como de costumbre.
Pasaron por el lobby, por la puerta de la sala y por las butacas y subieron las escaleras, ahí todo era paz, solo se veían los autos pasar y los árboles por fuera de la carretera, pero como si todo fuera miniatura.
Ludovica sacó sus cigarrillos y le convidó uno a Matías.
- ¿De sandía? - Preguntó el
- Si, Recalt, fumo puchos de sandía ¿Algo para decir?
- No, nada. - Respondió sacando un cigarrillo de sandia de la cajita. - Pero tienen todos el mismo gusto, y te los cobran casi el doble, te están viendo la cara mi amor.
Era la segunda vez que le decía "mi amor", no lo iba a admitir pero en el fondo le encantaba.
- Vos porque debes tener las papilas gustativas deficientes, que se yo, pero yo lo siento. Además dejan menos olor. - Dijo ofendida
- ¿Las papilas como? Para un poco. Boba. - Dijo haciéndose el malo.
- Bobo el que no sabe distinguirle el gusto a los puchos. - Le retrucó ella.
Ambos rieron.
...

La tarde se les paso volando. Ya era hora de irse así tendrían tiempo de alistarse para la fiesta. Matías le propuso de ir juntos pero ella le dijo que no, le dijo que seguramente iría con Celeste. Por 3 razones, la primera, seguramente lo haría aunque no había confirmado nada con la morocha, la segunda, llegar a una fiesta juntos después de los rumores que habían surgido era básicamente una confirmación sobre la relación, y tal relación no existía, además era muy pronto, habian salido juntos solo dos veces. Y la tercera y tal vez principal, Blas.
La dejó en su casa y se despidió de ella con un pico.
Todavía tenia tiempo así que decidió hacerse de cenar, preparó una ensalada con pollo, palta, garbanzos, tomate y demás.
Una vez que terminó de cenar, Ludovica se empezó a alistar, decidió usar una mini falda negra, tiro bajo, que parecía del tamaño de un cinturón; con un corset de urban de color azul rey, en los pies se puso un par de botas a la rodilla y guardo sus cosas en una cartera de cuero negro acharolada de Vivianne Westwood, adoraba esa marca. En el pelo se hizo un rodete desprolijo que dejaba algunos de sus rulos oscuros contornear su rostro.
Celeste le dijo que estaba muy ocupada con la preparación así que iría más temprano, entonces no podían ir juntas. No había problema se pediría un taxi.
Y así lo hizo, llegada la hora, salió del departamento y le hizo señas al primer taxi que vió, y fue directo a la fiesta.
El viaje fue corto, la dirección era un lugar particular, se veía como una casa estrecha allí te esperaban los patovicas para dejarte pasar, pero después había un tunel de inflable que conducía a un salón enorme bajo tierra. Suena aterrador pero en persona era todo lo contrario, era un lugar impresionante.
Ludovica pasó sin problema, esta vez no se olvidó el dni y su nombre estaba entre los primeros de la lista. Al entrar la saludó efusivamente Celeste, que por lo que pudo deducir Ludo, ya esta algo detonada.
- ¡Hola, amiga! - Gritó Celeste llamando la atención de quienes se encontraban alrededor
- Hola Celes, que divino que esta el lugar.
- Viste, todo salió hasta mejor de lo que quería. - Dijo contenta, y añadió entre risitas - Que hermosa viniste Ludo, capaz te lo digo porque tomé un poco, pero si me gustaran las chicas estaría enamorada tuya
- Gracias Celes, vos también sos muy hermosa. - Respondió intentando ocultar que estaba muy sonrojada
- Veni te presento a los chicos. - Celeste la tomo de la mano y la llevo más adentro de la fiesta
Se reunieron con el grupo de amigos de Celeste, habia dos chicas Alma y Angie, y cinco pibes, Lauti, Marcos, Uriel, Facu y Mateo. Cuando llegó Ludovica pudo ver como el grupo se detuvo para evaluarla, terminados esos segundos donde la analizaron de arriba a abajo, todos la saludaron: Alma la saludó simpática, Angie no tanto, de hecho Ludo sintió como si la mirara mal pero entre las luces no estaba segura, los chicos la saludaron con buena onda especialmente Uriel que se mostró bastante interesado en ella.
- Ella es Ludovica - La presentó Celeste - Aunque ya saben quien es, la conocí hoy en la entrevista, es un amor.
- Gracias Celes, ¿y que andaban haciendo? - Preguntó la rulosa
- Estábamos jugando a un juego, mira es así- Empezó a explicarle Alma - Yo digo una palabra, como por ejemplo "Había", después sigue ella y debe decir la palabra que yo dije sumando una que se le ocurra tipo "Había una" y así sucesivamente, y no podes olvidarte, ni saltearte palabras, ni nada de eso, y si te confundis son 2 shots.
Ludovica asintió y empezó el juego ¿Mala decisión?

La + linda del amor | Matias Recalt/Blas Polidori Donde viven las historias. Descúbrelo ahora