Al verlo salir de aquellas puertas noté como mi corazón empezó a partirse. Vi a la mujer más hermosa al lado suya, iban agarrados de la mano y se sonreían. las lágrimas empezaron a asomarse por mis ojos y noté como mi pecho empezaba a doler. Después de tanto tiempo juntos no podía creer que me hubiera engañado, había estado aguantando todo sus viajes y todo el tiempo sin vernos para ahora tener que verlos con otra mujer que no era yo.
Parecía que lo estuviera quemando con a mirada por qué cuando miro hacia mi dirección su cara alegre y eufórica paso a una de preocupación. —¡Lara!— Fue lo único que escuché salir de su boca en el momento que salí corriendo. Empujaba a la gente de aquel aeropuerto, algunos me insultaban otros me gritaban pero me daba igual, lo único que quería era irme a mi casa.
Corria por la calle intentando encontrar mi coche y al verlo abri la puerta pero una mano en mi antebrazo me freno.
—No era lo que parecía Lara, déjame explicarlo por favor.— Me dijo cuando giro mi cuerpo con su agarre.
—¿Que no era lo que parecía?— Me quite de su agarre con un movimiento brusco —¡Entonces explicame que coño era esa tía Enzo!— Mi enfado crecía y crecía y mis gritos se escuchaban por toda la calle llamando la atención de la gente.
—Lara baja el tono nos están mirando todos—
—¡Pues que mires y que sepan que eres un hijo de puta— Intenté volver a subirme a mi coche pero me volvió a agarrar.
—Escuchame, vamos a casa y hablamos—
—¡Una mierda!—Me volví a soltar de su agarre.— No vas a volver a mi casa, mañana pasas y te doy tus cosas.—
—Tu sabes que eres la única que amo, mi vida, lo sabes muy bien.— Intentaba acercarse pero me aleje.
—Enzo déjame en paz, no te quiero ver.— Lloraba y Lloraba, no podía frenar las lagrimas de mis ojos.
—Hablemos por favor— Ignorado sus palabras me monte rápido en mi coche y arranque saliendo de allí. Por el espejo pude ver cómo se quedó mirando como me iba.
En el camino a casa no paraba de llorar, ni siquiera podía ver la carretera por culpa de las lágrimas. Pero al llegar a casa lo único que hice fue tirarme en el sofá mientras pensaba en lo tonta que fui creyendo cada vez que decía que salía con sus amigos, la rabia volvió a mi y empecé a quitar toda su ropa de mi armario y metiéndola en bolsas de basura, para cuando viniese darsela y no volver a ver más.
Estuve toda la maldita tarde tumbada en mi sofá viendo fotos nuestras y borrando las, has que mi timbre sonó.
Al abrir me encontré a mi amiga Ángela, le había contestado lo que había pasado y vino lo más rápido que pudo.
—Lara— Abrió sus brazos dejándome meterme en ellos para que me diera un abrazo.
—Soy gillipollas, no se cómo lo he podido creer— susurré llorando en sus brazos.
—Vamos a sentarnos al sofá y hablamos, ¿si?— Asentí y nos dirigimos a este.
Pasamos toda la tarde insultando a Enzo, y cuando llegó la noche Ángela se tuvo que ir por qué su novio la esperaba en casa. Ojalá yo pudiera decir lo mismo, pero no estaba con otra seguramente en la cama.
Seguí hundiéndome en mis pensamientos, pensando que había hecho mal para que me hiciera eso.
Tumbada y apunto de dormirme el timbre de mi casa volvió a sonar, me levanté pensando que era Ángela que se le había olvidado algo.
Pero no, era Enzo llorando delante de mi puerta.
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¿Hago parte 2?
Voten!!
Sunset⭐
