🌀 CAPÍTULO 22 🌀

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Elizabeth

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Elizabeth

El rechinido de la bisagra de la puerta sonó en toda la celda, Elizabeth se encontraba tirada en el suelo húmedo y oloroso del lugar, su cuerpo ardía de dolor, sus músculos estaban tensos y pesados del cansancio. Los cortes por toda su piel quemaban y ardían, trataba de abrir sus ojos, pero estaban tan pesados que no podía ver quién se acercaba a ella.

—Buenos días, Elizabeth —esa voz hizo que le recorriera un escalofrío por todo el cuerpo.

Con un esfuerzo sobrehumano pudo abrir sus ojos y lo vio a él.

—¿Cómo estás pasando tus días de descanso con nosotros? —Sharkblack se acuclilló muy cerca de ella.

—De la mierda —carraspeó Elizabeth, tratando de no mostrar el dolor que estaba pasando por todo su cuerpo.

—¿Mis piratas no te tratan bien? —preguntó Sharkblack con una sonrisa cínica, pasó una mano por el rostro de ella acariciándola—, ¿qué ellos no te dan algo de calor o de amor?

—No lo quiero y ni lo necesito —escupió Elizabeth con la mirada más fría que podía hacer.

—¿Entonces no te importará que él que te dé un poco de calor, sea yo? —su sonrisa se hizo más ancha.

El pirata la agarró de la cintura y le abrió las piernas, y Elizabeth comenzó a moverse para tratar de alejarse de él. Sharkblack se bajó el pantalón y ella sintió un miedo que en su vida había experimentado...

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Will dormía plácidamente abrazando a la mujer que amaba, sus cuerpos estaban ligeramente calientes haciendo que no pudieran pasar frío. En el camarote reinaba un bello silencio, solo se podía escuchar el sonido del mar chocando contra el barco.

—¡No, no! ¡Aléjate de mí! —gritó Elizabeth.

Will aturdido abrió sus ojos de repente, se levantó de la cama y tomó su pistola que estaba a un lado de la cama en el pequeño mueble. Miró a su alrededor, buscando a algún intruso que se hubiera metido mientras ellos dormían. Sin embargo, no encontró a nadie y entonces Elizabeth siguió gritando y retorciéndose.

Se acercó a ella y la giró, los ojos de Elizabeth estaban abiertos y ya no tenían su habitual color gris luna llena, ahora eran de un azul eléctrico y el reloj que tenía en el cuello comenzó a brillar. Will se quedó impactado por unos segundos, pero con mucho cuidado la movió y le hablaba con cariño.

—Elizabeth, despierta —decía en el tono más tranquilo y cariñoso que podía, para tratar de no alterarla más. La chica con su mano tomó a Will, enterrando sus uñas en su brazo haciéndolo sangrar y él sin darle importancia al dolor, seguía preocupado por ella—. Dulzura, despierta por favor. Elizabeth.

Elizabeth cerró sus ojos y dejó de clavar sus uñas en Will, cayó inconsciente. El hombre de cabello rubio, se acercó a ella y acaricio su rostro, Elizabeth abrió sus ojos, Will los miró con atención, habían vuelto a ser los mismos ojos grises de ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas y se pegó a él.

Contra tiempo ✔ [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora