🌀 CAPÍTULO 30 🌀

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Nerea

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Nerea

Habían transcurrido tres meses desde la boda de Adham y Elizabeth. La pareja había disfrutado de tiempo de calidad juntos, su luna de miel se desarrolló en una cabaña en las afueras de Luz de Luna. Durante diez días, se entregaron al amor, bailaron por toda la casa y salieron a nadar por las noches. Ahora, habían regresado a la comodidad de su hogar.

En la sala de estar, Elizabeth estaba pintando un retrato de Nerea mientras esta última estaba absorta en la lectura de un libro. El gato negro dormía tranquilamente a un lado de la mujer. La joven de piel oscura estaba inmersa en una novela romántica, leyendo una escena en la que dos amantes se reencontraban después de muchos años, aunque el hombre ya estaba casado y tenía una hija de catorce años. Sin embargo, al ver a la protagonista nuevamente, su corazón ardía de pasión.

Nerea se acomodó en el sillón para estar más cómoda y, al hacerlo, sintió una patada en su vientre. Con ternura, acarició el lugar donde había sentido el movimiento del bebé.

—No te asustes, bebé, solo me estaba acomodando —dijo con voz tierna.

Elizabeth sonrió al escuchar la voz tierna de Nerea al hablarle al bebé, emocionada de que su mejor amiga estuviera embarazada. Verla en una nueva etapa de su vida era maravilloso.

—¿Qué crees que será, niño o niña? —preguntó Elizabeth mientras pintaba el vestido violeta en el lienzo.

—Yo creo que será un niño, porque la verdad nunca se está en paz —respondió Nerea riendo—, aunque Dorian quiere que sea una niña.

—Sería lindo ver a una miniatura tuya correteando por la casa —imaginó Elizabeth a una pequeña niña con la viva imagen de su amiga, corriendo por toda la casa con un lindo vestido rosa.

—Sería lindo, pero estoy casi segura de que en realidad veremos a un mini Dorian haciendo exactamente eso —dijo Nerea con una sonrisa antes de volver a sumergirse en su libro.

—¿Cómo va esa novela? —preguntó Elizabeth, apartándose del lienzo para mirar a su amiga.

—Tengo que admitir que me está gustando... —Nerea apartó la mirada del libro para dirigirla a su amiga.

—Pero... —Elizabeth esperó el "pero", dejando de lado la paleta, manchada de pintura.

—Pero no me gusta que los dos amantes se reencuentren después de catorce años —Nerea cerró el libro y se acomodó para mirar a su amiga—, porque Catalina y Fred ya han rehecho sus vidas. Fred está casado y tiene una hija de catorce años, mientras que Catalina tuvo que casarse con otro hombre y escribir libros anónimos para ocultar su identidad como escritora. Todos los libros están inspirados en su historia de amor. Por eso quiero llorar —concluyó antes de romper en llanto.

Elizabeth se acercó rápidamente para abrazar a su amiga y consolarla. Estaba acostumbrada a estos momentos en los que Nerea se dejaba llevar por sus emociones. Mientras tanto, Nerea manchaba la camisa de su amiga con sus lágrimas y mocos, pero Elizabeth no le prestaba atención.

Contra tiempo ✔ [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora