Adiós

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—Jodida vida —Lancé para mí mismo con lágrimas en los ojos mientras metía a una mochila 24 jodidos años. Es que en este momento no quería ni vivir.
Los odiaba a todos. Las personas que me habían traído al mundo nunca aceptarían que me gustaran lo hombres. Siempre habían decidido dejar el tema como olvidado, realmente no querían lidiar con el hecho que su hijo fuera gay, pero todo cambió cuando entré al programa.

Cuando entré conocí a Tom, un chico extraordinario que hacía que mi corazón se sintiera tan emocionado cuando sus hermosos ojos azules miraban los míos. Nunca había sentido algo así, ni siquiera por el estúpido de mi ex. Bien, no quiero hablar de él. No quiero hablar de cosas malas.

Tom siempre estuvo para mí de forma incondicional, sobre todo cuando me enteré de la muerte de mi querida abuela. El momento en el que más necesité un abrazo en toda mi vida... Ahí estaban sus brazos que me dieron fortaleza. Pero tenía que llegar la estúpida de Ellie a cagar nuestra felicidad. Tal vez si ella no fuera una perdedora que se mete en la relación de los demás Tom y yo estaríamos juntos... Bien.
No mentiré. Este año que ha pasado me he dado cuenta de algunas... Cosas. Bien, aunque creo que Ellie fue una imbécil, sé que ella no fue la culpable. Quiero decir, ella me lleno la cabeza de todas esas mierdas, pero tal vez debí confiar en Tom, así como él lo hizo en mí.

Cuando acabó el programa las cosas se solucionaron, bueno, solo un poco. Llamé. Llamé. Tantas veces, pero nunca contestó.
Joder.
No quería hablar de cosas malas, pero siempre termino haciéndolo. Es inevitable. Es porque mi vida es una mierda.

Después de perder el maldito programa regresé a mi maldito mundo real. Mis padres no toleraron la idea de que apareciera en televisión nacional. Les avergonzaba que ofreciera mi culo a un completo extraño para al final quedar como el jodido villano de la historia. Mierda. Sé que lo que les avergonzaba era tenerme como hijo, y eso lo dejaban claro. Sobre todo está tarde.

•┈┈┈••✦ ☆ ✦••┈┈┈•

Esta tarde había llegado a casa después de un largo día en el trabajo. No podía mentir, era bastante agotador trabajar con Míriam en su pastelería, sobre todo cuando todo el mundo con televisión sabe lo mierda que era, y muchos me lo hacían saber a diario. Claro que con los meses eso se calmó, y eso me era genial. Sin embargo, no faltaba el loco que trataba de joderme el día. Tampoco es que Míriam podía hacer mucho con esa gente, y no me sentía enojado con ella por eso. Yo le debía la vida.

Cuando llegué mis padres estaban esperandome en el sillón de la sala con un semblante bastante serio. Genial. Lo único que faltaba para terminar de joder mi día, un jodido discurso. Mi padre solo me miró, esperando que me sentará. Eso hice

—Jake. Debes irte de casa—Qué mierda. No. QUÉ MIERDA. Estaba bromeando, ¿cierto?—. Debes entender que das una... Mala imagen a esta familia.

—¿Qué mierda?

—Sabes que tengo razón. Además, ya tienes 24 años. Es edad suficiente para que vivas tu vida... Ya sabes... — tomó una pequeña pausa—Lejos de nosotros.

—¿Es por qué dije en televisión qué soy gay? - pregunté con rabia en la voz- Perdón qué los jodidos de tus amigos se enteren qué tienes un hijo homosexual.

—Jake, sabes que las cosas no son así. —esta vez habló mi madre, sumisa ante mi padre—. Solo tomaste malas decisiones y fuiste por el camino equivo-

—¿Equivocado? No me jodan.

—Tómalo como quieras —Se paró del sofá—. No te queremos cerca, porque nos avergüenza tener un hijo... — pensó sin terminar sus palabras

—¿Homosexual?- No.

Marica —Sin pensarlo dos veces me paré de golpe. Era verdad que no soy muy pacifista, pero tampoco era de revelarme ante mis padres. Pero hoy había sido un día de mierda, ¿sí? Así que una vez a su altura no pude cerrar mi maldita boca.

—Eres un hijo de pe —Zas. Y antes de que pudiera terminar de hablar, me dió una fuerte bofetada, ya vaya que me la merecía un poco.

—Para la mañana no quiero que estés aquí —advirtió con esa mirada llena de odio. ¿En que momento dejó de verme con amor? No lo sé—. Y quiero que te lleves todas tus mariconadas de mi casa. ¿Entendido?

—Sí, papá —Me limité a decir. No. Susurrar con una voz débil y quebrada.

—No. No soy tu papá y tú no eres mi hijo —Soltó junto a las lágrimas que empezaban a caer por mi rostro. Lágrimas que solo ignoró dando media vuelta yéndose a su habitación con mi madre sollozando detrás de él. No podía creer que la madre que me vió crecer, la madre que me dió la vida me diera la espalda en este momento. Quisiera estar muerto.

Rápidamente me dirigí a mi habitación y metí un par de prendas en mi mochila, junto a objetos personales y lo poco que tenía ahorrado. Probablemente no eran ni 500 dólares. Vamos, no tenía un plan de vida. No tenía pensado irme de la casa de mis padres tan pronto... Quiero decir, esos señores.

Salí de mi casa con lo que pude. Obviamente tomé 500 dólares de la cartera de mi padre antes de irme. Quiero decir, eso estúpido señor. Ese estúpido señor que me sostuvo cuando di mis primeros pasos, quien me abrazaba todas las noches porque tenía miedo. Pero ahora sólo era un desconocido. No lo podía creer.

No sabía que hacer. No tenía a donde ir.

No quería molestar a Míriam, la pastelería la tenía bastante ocupada, no quería que la pasara mal. Así que di vueltas por ahí hasta que encontré un hotel barato. Al menos por esta noche, tal vez mañana pensaría que hacer.

Aunque de verdad deseaba que no hubiera un mañana.

Mi Lugar Correcto [Tom X Jake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora