Chapter 1

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–Papá, ¿Queda mucho?

Escuché a mi padre suspirar varias veces y antes de que me pudiera responder, mi madre lo hizo por él.

–Alice, es la tercera vez en cinco minutos que preguntas lo mismo– Me encontré con su mirada en el espejo– Ya casi llegamos.

El cielo estaba totalmente nublado, apoyé la cabeza en la ventana del coche y de un momento a otro comencé a ver diminutas gotas chocar contra el cristal.

Mis padres y yo nos tuvimos que mudar de nuestra ciudad ya que a papá le salió una mejor oferta de trabajo que, por supuesto, no podia dejar ir.
Yo no quería irme.
Prefería quedarme en mi antigua casa, en mi antigua ciudad, con mis antiguos amigos, pero claramente yo en este asunto no tenía derecho ni voto.
Nunca lo tengo.

El coche frenó en frente de una gran verja negra. Bajé un poco la ventana para asomarme a ver cómo era.

—Alice, sube eso por favor, vas a hacer que se moje todo el coche— Me dijo mi madre, a lo cuál hice caso omiso.

Tras la verja había varias casas, todas de colores pasteles y desgastados. El coche avanzaba lentamente, y yo aún con la cabeza asomada, visualicé una casa grande rosa pastel. Parecía ser muy antigua ya que tenía la pintura bastante desgastada. Daba la sensación de que en cualquier momento se vendría abajo.

Para sorpresa mía, esa iba a ser mi futura casa por estos próximos meses.

[...]

—Papá, no puedo con esto ¿Me podrías ayudar?— Estaba cargada con una caja bastante pesada. Era la última que quedaba así que mi madre me pidió que la llevara adentro.

—Ahora mismo no puedo, tengo trabajo. Seguro que no pesa tanto, puedes llevarla— Me respondió con voz monótona.

¿Cómo no?
El siempre estaba ocupado, si no era por una cosa, era por otra. Prefiero creer que está ocupado de verdad, en vez de porque no quiera pasar tiempo conmigo.

Bufé y deje la caja en el suelo para recargar fuerzas. Segundos después volví a cogerla para meterla adentro.

[...]

El techo de mi nuevo cuarto era bastante feo.
La lámpara también lo era.
Las dos cosas estaban bastante desgastadas y los colores no ayudaban mucho. El techo era de rayas azules y blancas, mientras que la lámpara era las típicas antiguas, de un color dorado oscuro. Me pregunto qué estaban pensando los que construyeron la casa al utilizar estas combinaciones.

—Me aburro— Solté en voz alta.

Baje las escaleras para encontrarme con mi madre en la cocina, leyendo una revista de moda. Voy a ver si hay algo de comer.

—Mamá, ¿hay... — Me interrumpió antes de que pudiera terminar la frase.

—No, no hay nada de comer.

—Ni siquiera me ha dado tiempo de preguntarte— Respondí con pesadez.

—Además si comes ahora no comerás para la cena— volvió a decir mi madre.

—Y, ¿Puedo ir a ver qué está haciendo papá?— Ya sabía la respuesta, aunque aun así se lo pregunté, esperando que esta respuesta pudiera cambiar.

—No, ya sabes que está muy ocupado trabajando— Parecía que la paciencia de mi madre se estaba agotando porque se le habían formado pequeñas arrugas en su frente y alrededor de sus ojos.

—Mira, tengo una idea— Dijo de nuevo mi madre— ¿Por qué no vas a dar una vuelta e investigar en el vecindario?— Finalizó para volver a bajar la vista a la revista que estaba leyendo.

Se me encendió la bombilla.
La verdad es que era muy buena idea.

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⏰ Última actualización: Jan 28 ⏰

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Heartburn  || Jennie KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora