¿Tres para tres?

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En el momento en que Sara se percató de lo que estaba pasando la adrenalina se apoderó de ella. No se la pensó ni dos veces para tomar su escopeta, la cual cargaba siempre en su asiento trasero, y bajar sigilosamente de la camioneta para seguir a los secuestradores.

Los observo dar la vuelta en una calle y tratar de subir a Franco a empujones a una camioneta, estaban tan concentrados en lo suyo que no la notaron llegar y ella aprovecho esta distracción para llegar por detrás y presionar la boca de la escopeta en la espalda de uno de los secuestradores.

-Tienen 5 minutos para salir de aquí o les vuelo la cabeza, no se les ocurra probarme- Franco tenía la cabeza tapada con un saco y las manos atadas tras la espalda, pero Sara notó como rápidamente reconoció su voz.

-Sara! Sara!, por favor no te metas en esto, vete de aquí.

Sara lo ignoró por completo, y mantuvo su agarre firme con el arma en su mano.

-Voltee lentamente, no intente hacer nada o no respondo ¿me oyó?- Dijo ella a el hombre a el que estaba apuntando, este obedeció sin chistar, el otro hombre aun sostenía a franco pero a el no ser el portador de la pistola con la que habían amenazado a Franco no podía hacer mucho.

-Pero qué carácter se​​ñorita, tranquilícese.

-¡No le he dado permiso para que me hable, suelte el arma! YA!- Pero el secuestrador aún parecía dudoso de que tan decidida estaba Sarita a dispararles si no cooperan.

-Yo no me voy a dejar de ninguna mujer, por más brava que sea, o más armada que este- Esta vez era el otro hombre hablando el que sostenía a Franco, quien además lo soltó para acercarse amenazadoramente a Sara, quien rápidamente le voló el sombrero de un escopetazo, provocando que el hombre parara en seco.

-Atrévase pues, acérquese un poco más y pruebe que tan buena puntería puedo tener, o suelten a Franco y váyanse sin mayor contratiempo.

Franco aprovechó la distracción para soltarse el nudo que estaba bastante mal hecho, y quitarse el saco de la cabeza, bajo la atenta mirada de Sara que en ningún momento bajó su pistola. Los secuestradores seguían dándole la espalda y el ojiazul llamó la atención de él que estaba más cerca tocándole el hombro con dos dedos, apenas el hombre se dio la vuelta Franco lo golpeo fuertemente, el impulso dejando a el tipo en el suelo.

El otro secuestrador corrió a levantar a su compañero y ambos subieron a la camioneta en la que habían llegado. Huyendo de la escena cobardemente al verse en desventaja.

Sara y Franco se miraron, este último aún un poco desorientado puso ambas manos extendidas frente a él, Sara levantó una ceja cuestionante.

-Pero de dónde has sacado el arma?- La mayor de las Elizondo finalmente bajó el arma y con una sonrisa divertida le respondió restándole importancia.

-De mi camioneta claro, donde siempre la cargo- Franco dio dos largas zancadas hacia donde ella estaba, y con una de sus manos le quitó la escopeta, mientras que con la otra acuno su mejilla y presiono sus labios con lo suyos.

-Eres toda una cajita de sorpresas Sara Elizondo, de verdad que ni en mis mejores fantasías me imagine a una mujer tan maravillosa como tu. Además si antes tenía dudas, ahora estoy seguro de que te traigo bobita por mi.

Sara se rió y retiró la mano de él de donde se encontraba en su mejilla.

-Pero que exagerado, no dejar que dos hombres armados te lleven en contra de tu voluntad es decencia humana nada más, nada de esas boberias que estas pensando.

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El verdadero amor perdonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora