Tú me entiendes

11✨

Eran las 11 de la noche. Micaela ya estaba recostada en su cama junto con Ethan pero había algo que la incomodaba. Manuel no había vuelto a casa y se preguntaba dónde estaría ahora.

— ¿No se supone que Manu ya debería estar aquí? Es muy tarde

— No me importa —Exclamaba Ethan.

— Es tu hijo...

— Sí, que nunca deseé, si está muerto mejor aún

— ¿Cómo puedes hablar así de él? —Decía la peruana incrédula por la reacción miserable de Ethan.

— Ya duérmete, lastimas al bebé, él es lo que importa ahora, Manu ya es un hombre es su problema lo que le pase

Micaela no podía dormir tranquila a diferencia de Ethan. Por un lado sintió que era culpa de ella por haberlo rechazado e ignorado anteriormente.

Sentía que era lo mejor ir a buscarlo pero cuando eran casi las 2 de la mañana, Micaela escuchó un ruido abajo. Por supuesto que era él en la cocina...

— ¿Estas son horas de llegar? —Micaela, con una bata puesta, lo encontró por las escaleras.

— ¿Perdón? Ya no soy un niño pequeño —Manuel refutaba estando medio tomado.

— Vives en esta casa y tienes que respetar las reglas como tal —Agregó con seriedad— ¿Dónde estabas?

— Queti

— ¿Qué?

— Qué te importa...

— No me hagas llamar a tu padre —Lo amenazaba.

Manuel empezaba a reírse sin creerle.

— Es increíble que estés de su lado luego de todo lo que te ha hecho, pensaba que eras diferente, ¿queri' saber a donde me fui? Me fui con perras a pasarla bien, ¡al menos ellas son sinceras al decir que cuando no te quieren no te quieren!

— Manu basta...solo estás tomado

— Tengo la suficiente consciencia para hablar, me mentiste, solo me usaste porque te sentías urgida a los cuarenta, creí que nos entendíamos desde que yo no tengo mamá y tú tienes un hijo difunto pero ya veo que jamás te importé... eres peor que mi papá, ojalá nunca te hubiera conocido —Decía entre lágrimas— todos en este mundo son una mierda conmigo, al menos tú me hacías feliz... y todo fue una mentira al final

Manuel se tambaleaba un poco y se apoyaba en el sofá. Micaela se sentía culpable porque al final de cuentas fue por ella la razón por la cual Manuel se encontraba en esa situación

— ¿Y sabes lo peor? Es que aún te sigo amando, conchetumare —Se reía con amargura— Te amo mucho y tú jamás me quisiste porque eres bien malaaa por qué, por queee...

Micaela de pronto lo besó en sus labios. Y Manuel asombrado terminó correspondiendo de la misma forma intensa por unos segundos pero de ahí se separó por orgullo.

— No...

— Manu escúchame —Interfería Micaela sentada a su costado

— Que no...¡ya no caeré en tus redes! Ahora déjame solo

— Estoy embarazada de ti... no de tu padre —Agregó tomando sus mejillas.

Y la sorpresa fue tan grande para el chileno que hasta sintió que se le quitó la ebriedad.

— ¡¿Qué?! —Manuel agarraba los cabellos.

— Ssshhh no vayas a comentar nada, mira quiero pedirte disculpas por lo que hice...es que estaba nerviosa y no sabía cómo decírtelo porque si tu padre se entera nos mataría a ambos y no quiero que te suceda algo a ti o al bebé

Manuel la besaba con ternura esta vez y la tomaba de sus manos.

— No pasa nada, te perdono —Acariciaba su mejilla— ¿Pero significa que ya no serás mi madre entonces?

— Claro que lo seguiré siendo, ¿que eso no lo vuelve más excitante? —Decía la peruana mordiéndose el labio.

Manuel no sabía si tratar como su hijo o su hermanito el futuro bebé de Micaela pero sea cuál sea. Él estaba feliz de volver a su prohibida relación con su madre. Y esta vez todo sería de maravilla para los dos.

O eso creían...