Cap. 4: Remedio (parte 2).

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Los días pasaron. Creo que hoy se cumple ya una semana desde el baile de regazo de Brian, haber dicho que estoy enamorado de el, y que James me dijera que le gusto.

Al día siguiente de ese día, me habia despertado solo. Era algo tarde, y James me habia mandado un mensaje de que se habia ido a trabajar. Aunque ahora que lo pienso, aceptó salir conmigo hasta tan tarde sabiendo que al siguiente día tiene que trabajar.

Uff... James, a veces no sé como haces para poder ser un buen trabajador, luego de haberte follado a dos tipos distintos una misma noche con alcohol en vena. Aunque no hayamos tomado mucho, sé que no todos los caninos soportan bien el alcohol.

Y esa misma mañana, me puse a buscar ayuda profesional. Haciendo llamadas y demás para ver si hay alguien quien quiere a una pantera con un problema de... Bueno, casi inexistente ninfomanía.

Ese mismo día no encontré a nadie. Al siguiente tampoco, mucho menos el otro. Pero al cuarto dia sí logré encontrarlo. No dudé en hacer una cita con la psicóloga para el dia de hoy (es confuso decirlo, pero si se entiende, mejor). Lo más curioso de todo, es que estos días, aparte de comenzar a sentirme algo extraño, Brian se mantenía lejos de mi. La única interacción que hemos estado teniendo, fue un simple saludo y demás. Quise varias veces hablar con él, pero cortaba la conversación o se iba. No entendía bien el porqué. Tal vez se siente avergonzado de haber tenido una erección conmigo, o incluso de haberme besado.

Sacudí mi cabeza de lado a lado, dejando atrás ese sobre pensamiento de mi parte. No puedo distraerme ahora. Menos cuando estoy en la puerta de la oficina de mi nueva psicóloga en el dia que solicité la cita.

Con un pequeño suspiro, toco la puerta de la oficina. El nombre escrito sobre una pequeña placa metálica "Dra. Laura Martínez. Licenciada en Psicología" se veia ante mis ojos. Y creo que es la primera vez que veo una psicóloga. Asi que no sabría bien que hacer.

Por mero instinto, toqué la puerta para anunciar mi llamado.

— ¿Dra. Martínez? — pregunté un poco alto, ya que no sabia si anda con un cliente o no. —

— ¡En un momento! — la voz aguda pero segura de la hembra del otro lado de la puerta responde. —

Me aparté un poco de la puerta. Habia venido con un pequeño bolso, ya que después de esto me iré al gimnasio. Agarré la correa de este, apretando un poco. Decir que estaba nervioso era de menos. Es la primera vez que asisto a un psicólogo. Realmente no se que hacer.

A los pocos segundos, la puerta se abre. Mostrando a una gata siamesa de ojos con heterocromía: siendo uno celeste y otro marrón. Su cuerpo rellenito vistiendo de una camiseta celeste con un estampado de Marron Five y cómoda, más unos jeans negros se presenta ante mi. En su oreja derecha, llevaba una pequeña perforación con un piercing que atraviesa su oreja de punta en punta. Esta hembra no parece ser muy mayor a mi. Seguro tenemos la misma edad.

— Buenos días. Tú debes de ser Aiden, ¿no? — habla nuevamente, a lo que yo asiento con una pequeña sonrisa nerviosa. —

— Si... Soy Aiden MacLight, un gusto. — respondí estrechando mi pata derecha en su dirección. La cual, ella corresponde brevemente. —

— Como sabes, soy la Dra. Laura Martínez. Pero solo dime Laura. — la gentil sonrisa que ofrece hace que se vea tierna. Algo me dice que en su juventud, supo aprovechar su belleza. — Pasa, pasa.

Haciéndose a un lado tras soltar mi pata, entro en la oficina de ella. No es algo extravagante, pero es acogedora y relajada. Con un par de muebles algo modernos, la pared cerca de otra puerta frente de mi tenia cuadros de paisajes o de otros gatos como ella. Solo que posan como si fuesen modelos y muestran solo su rostro. La mirada en esos gatos parece que te juzgan. De un color beige, tambien es decorada con algunas macetas con pequeñas plantas. Pude distinguir el olor a canela. Muy exquisito.

"Addiction"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora