LIBRO 1. ||+18
La sombra de Damen Allen perseguirá a todo aquel que estuvo involucrado en la muerte de su esposa y el secuestro de su hijo. Él, un ex sicario sacado de un manicomio cuando solo tenía ocho años y criado por un asesino, jefe de una de...
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30.
DAMEN.
Lo alumbro con la linterna.
Lilit tenía toda la razón al decir que es casi idéntico a mí cuando era joven. Me he quedado impactado por el enorme parecido físico, tanto que incluso él se da cuenta. Ella me mira tratando de calmar el ambiente para no enfurecerlo, por alguna razón teme lo que el chico puede llegar a hacer. Guardo el arma en mi espalda y bajo la luz de la linterna. No quiero causar una reacción de la que después llegue a arrepentirme. Tal vez si se siente amenazado o acorralado trate de herirme para escapar. Aún no sé como reacciona.
— ¿Quién eres? —pregunto. Doy un paso hacia delante para alcanzar a Lilit pero él lo evita retrocediendo. — No podéis estar en este lugar.
— Yo puedo estar donde me plazca. —contesta.
— ¿Así? ¿Y por qué entras como un ladrón? —cruzo los brazos. — Alguien que no teme nada, no debe esconderse ni entrar en mitad de la noche.
— ¿Quién eres tú? —pregunta, alza las cejas y ahora es él quien avanza. — ¿Uno de los guardias?
— Soy el guardaespaldas de la señorita que has traído agarrada. —señalo a Lilit. — Dime ¿Qué tiene ella que te interese?
— Eso es algo que no te importa.
Sonrío. Tiene agallas, eso hay que admitirlo. Parece que no teme el disparo en la cabeza que cualquiera de los imbéciles puede darle si lo ven merodeando este lugar. A primera vista no parece ser como Tomás, de lo contrario me habría atacado para intentar huir.
— Delko, no pasa nada. —habla Lilit. — Yo quise venir aquí.
Sus palabras hacen que él la mire de inmediato y cuando regresa su atención a mí, ella me guiña un ojo. ¿Qué estás tramando Lilit? No me gustan los planes improvisados, tampoco que no me consulten las cosas antes de hacerlas, me hace enfurecer sentir que no tengo el control de todo. Aunque no se puede negar que es inteligente y sabe manipular.
— Estabas con Luca. —digo entre dientes.
— Y lo está. Tú no dirás nada sobre este encuentro ¿Verdad? —trata de sonar amenazante.
— ¿Y qué me darás a cambio? —pregunto.
— Puedo darte dinero, mucho dinero a cambio de tu silencio.
bostezo. — Soy millonario.
— ¿Millo... qué? No puede ser. Un millonario no estaría trabajando de guardaespaldas y mucho menos para mi padre. —mueve la cabeza.
