46. "Corazón negro".

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DAMEN.

Como siempre, la gran Leticia Jonhson tratando de utilizar lo único que le ha funcionado durante toda la vida para poder sobrevivir. Lastima que a mí sus teatros jamás consiguieron ablandarme y la conozco lo suficiente para saber cuando esta mintiendo. Ahora lo hace. Quiere que piense que ella me llevará hasta mi hijo y así conseguir tiempo para salvar al suyo de lo que sabe que será una muerte inevitable.

— Leticia. No olvido quien eres, tampoco de lo que has sido capaz y de todo lo que has conseguido gracias a tu astucia de serpiente ¿Tú te has olvidado de quién soy? —pregunto, le sujeto la cara con fuerza clavando al mismo tiempo el filo del cuchillo en su rostro.

— Jamás.

— Entonces no intentes tomarme por imbécil. Luca nunca te dejaría con vida su supieras donde esta Theo, sabe que eres venenosa y que sobrevives traicionando a la gente a cambio de seguir con vida. Solo te mantiene respirando porque eres la prostituta de Federico. Le da igual el hijo que tienes con su tío, lo sabes, le conoces. Estás viva porque sirves para entretener a un anciano insoportable que quiere meterse donde no debe y que ya esta mayor para hacerlo. —sus ojos me miran con terror. — No sabes donde esta mi hijo. Crees saberlo, pero no tienes idea de cual es la verdad y créeme, los dos tenemos las mismas sospechas.

— Entonces le has visto.

— Sí.

— Yo le he visto pocas veces, la última cuando tenía diez años, pero es igual a ti.

— ¿Sabías qué mi verdadero padre es Luca? —pregunto y sus ojos se abren con sorpresa. — No lo sabías.

— ¿Eres tú? Luca hablaba de un niño ruso. Un niño que según él era su hijo y cuando Federico le preguntaba las razones por las que quería ir por ti y no por los demás bastardos que tiene desperdigados por el mundo, él le respondía que ese niño era su único hijo. —dice con un tono excesivo de asombro. — Tenía que haberlo imaginado. Contigo se comportaba diferente y Federico odiaba su comportamiento. Lo acusaba de ser débil.

— Ya me sé la historia.

Ella llora mientras mira al chico, trata de tocarlo para consolarlo pero no le llegan las manos y es aún más el sufrimiento. Lo acerco a ella, pero solo para que vea lo que tanto ama antes de que sus ojos dejen de tener alma.

— ¡No! —pide entre gritos. — ¡No lo hagas!

— Es inocente ¿Verdad?

— Sí. Demasiado inocente. —solloza. — Él no tiene culpa de lo que hice.

— Esa chica a la que violaron, torturaron y mataron tampoco tenía culpa. Ella solo quería tener una familia, criar a su hijo y ser feliz. —niega con la cabeza llena de terror. — Ese niño que vio como le hacían daño a su madre tampoco tenía culpa y le arrebataron todo gracias a ti.

SHADE. ®   (#1) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora