LIBRO 1. ||+18
La sombra de Damen Allen perseguirá a todo aquel que estuvo involucrado en la muerte de su esposa y el secuestro de su hijo. Él, un ex sicario sacado de un manicomio cuando solo tenía ocho años y criado por un asesino, jefe de una de...
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47.
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LILIT.
Lo sabía. Sabía que Damen no tenía corazón, que no le importa en lo más mínimo quien tenga que morir por su venganza, pero aun así no puedo evitar pensar en el sufrimiento de los niños inocentes que pagarán por los pecados de un nombre qué jamás debió existir. No lo sé. A veces pienso que la compasión es un castigo, que por ello puedo perder mucho más de lo que debería ganar, pero no puedo evitarlo. Yo no tengo el corazón de piedra como él, yo sí fui una buena persona toda mi vida hasta que me hirieron. Ya sé que él me lo ha advertido innumerables veces, que nunca me engañó y siempre me dejo bien claro que en su venganza pagarían personas inocentes.
— ¿Sabes? Cuando conocí a Damen me pasó exactamente igual. Pensé que su maldad era simplemente producto de su venganza y que tal vez no sería tan duro. Claramente subestimé sus palabras y pensé de manera errónea. —me cuenta Christian. — Él no va a dejar de ser la persona cruel que tienes ante ti. La persona que ha encerrado a unos niños, que incluso ha llegado a asesinar familias. No, Lilit. Damen siempre va a ser esto porque es su naturaleza, porque no sabe hacer otra cosa y no descansará hasta hacer pagar todo lo que le hicieron. A veces pienso que ni siquiera tras su venganza parará.
— Yo nunca he pensado que Damen cambiará. —dejo en claro para evitar malentendidos. — Él ni siquiera ha dado indicios de que eso pueda suceder.
— ¿Y por qué estás enamorada de él? —pregunta tan directamente que me quedo sin aire. — No me creo el cuento de la obsesión. Su corazón es negro, pero el tuyo todavía no está totalmente perdido.
— ¿Quién habla de amor? Jamás podría enamorarme de él.
— Si prefieres seguir creyendo tus propias mentiras, genial. A mí no me engañas, Lilit. —trago saliva. — Viéndolo así, es mejor que sigas engañándote y no aceptes tus sentimientos porque de lo contrario solamente irás más deprisa a hacia tu muerte.
— No digas tonterías. Yo ya no creo en cuentos de hadas, en amores imaginarios y mucho menos creo que pueda existir una relación con él. Nos estamos vengando y después cada uno se irá por su camino.
agarra mi brazo. — No seas ingenua. Nunca podrás deshacerte de él.
— Suéltame. —pido furiosa.
Me deja ir pese a que parecía que no lo haría. Camino deprisa para dejarlo atrás y regreso a mi habitación donde Damen duerme profundamente. Me dejo caer en la cama, cierro los ojos y trato de controlar mi respiración. Estoy al borde de un ataque de ansiedad. Me pongo en pie de nuevo, camino de un lado a otro controlada por mis nervios y me encierro en el baño para intentar calmarme. No puedo dejar de pensar en todo. Ahora es cuando lo más minino no me deja respirar y el miedo me paraliza. Creo que es uno de los peores ataques que he tenido hasta ahora. Quiero gritar y llorar.
