LIBRO 1. ||+18
La sombra de Damen Allen perseguirá a todo aquel que estuvo involucrado en la muerte de su esposa y el secuestro de su hijo. Él, un ex sicario sacado de un manicomio cuando solo tenía ocho años y criado por un asesino, jefe de una de...
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LILIT.
El ambiente se calienta más de lo que incluso Federico podía llegar a imaginarse, y es que Damon es bastante explosivo cuando se permite a si mismo hablar de lo que lleva escondiendo toda su vida. Es imposible evitar un choque entre él y Luca. Creo que lo que Federico teme es que Novak olvide que se trata de su propia sangre y termine haciendo algo de lo que quizás llegue a arrepentirse, aunque tratándose de Luca y de las cosas que ya ha hecho, dudo mucho que tenga un poco de conciencia. Por lo que he llegado a averiguar, a Damen lo quiso como un hijo y aun así le destrozó la vida e incluso trató de matarlo.
— Damon. —gruñe Federico, pone la mano en su brazo e insiste en que cierre la boca.
— No, déjalo que expulse todo el veneno que guarda. —pide Luca. No parece muy afectado con los comentarios de su hijo. — ¿Qué me estas haciendo pagar? ¿El hecho de no ir a verte al extranjero?
— No estás pagando nada todavía. —le dice mientras lo mira fijamente.
— ¿Estás amenazando a tu padre? —le pregunta furioso. — ¿Acaso quieres qué olvide quién eres?
— Olvida lo que te apetezca, Novak. —se pone en pie. — ¡No me asustas!
Luca es detenido por Federico cuando esta apunto de sacar su pistola nuevamente. Damon ríe satisfecho. Claro que es lo único que deseaba. Damon disfruta viendo que Luca pierde la pacencia porque sabe que cualquiera no consigue ponerlo tan nervioso. A veces creo que no le da importancia a su vida y que no le importa que en cualquier momento le pegue un tiro. No creo que crea que es intocable, más bien sabe que Luca es un simple humano que con poder o no, también puede morir aunque sea un poco más difícil.
El ambiente es calmado por Federico que ha conseguido llevar a Luca a la terraza donde tienen una conversación bastante seria.
— Deja de jugar con fuego. —le digo.
— Cállate. Mejor prepárate para lo que va a hacer contigo cuando salgamos de esta habitación.
— No te preocupes por mí, lo que sea que quiere hacerme ya no es sorpresa para mí. —cruzo las piernas. — Ya no hay inocencia que corromper.
Doy un trago al vaso de Whisky que ha dejado Luca encima de la mesa.
— ¿Entonces vais a darme un hermanito? —pregunta burlón.
— ¿Cuáles son tus intenciones? Dudo mucho que hayas venido hasta aquí para obedecerle. —sonríe. — Utilizas a Tomás ¿No es así?
— Tomás es impulsivo, no imbécil. Hace las cosas que quiere hacer, yo no lo obligo.
— Es lo que me sorprende. Tomás no es un chico que obedezca ordenes y a ti te obedece —me acerco ligeramente. — ¿Por qué? ¿Qué le has prometido a cambio?
