LIBRO 1. ||+18
La sombra de Damen Allen perseguirá a todo aquel que estuvo involucrado en la muerte de su esposa y el secuestro de su hijo. Él, un ex sicario sacado de un manicomio cuando solo tenía ocho años y criado por un asesino, jefe de una de...
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40.
LILIT.
Vuelvo a la cama deprisa. Él entra furioso y me agarra del brazo con mucha fuerza ¿De qué tiene miedo exactamente? Sé que odia que sea tan curiosa, pero nunca se había puesto tan agresivo, por lo menos no al descubrirme así. Sus ojos parecen que van a salirse de sus órbitas y aprieta tanto la mandíbula que pareciera que sus dientes van a romperse.
— ¿Te interesa mucho nuestra conversación? —pregunta rabioso.
— Yo solo iba a preguntarte por el número del servicio de habitaciones, nada más. —contesto molesta y consigo liberar mi brazo de su agarre. —No pone cual es y tengo hambre ¿O también es un delito?
— No quiero que vuelvas a asomar la cabeza ¿Me escuchas? No te quiero fuera de esta habitación mientras tenga visita ¡Lo estás entendiendo! Te he traído conmigo para que solo estés a mi lado, no junto mis invitados.
— Vale. —me siento en la cama. —Deja de tratarme como un animal, Luca. Soy tu esposa ¿O no? Entonces deja de tratarme como a una más de tus amantes prostitutas.
me agarra el pelo. — Te trataré como te merezcas ¿Piensas qué no sé que estabas curioseando? ¡No me gusta qué lo hagas! —me tira más fuerte. — La próxima vez no entraré tan calmado y verás de lo que soy capaz.
— Ya sé de lo que eres capaz. —me pongo de pie. — Suéltame.
Quiero clavarle el sacacorchos en el cuello, pero no me daría tiempo y seguramente me pegaría un tiro en la cabeza. Sus ojos me observan como si supiera lo que estoy pensando y es posible, es demasiado observador, sabe que en cualquier momento puedo intentar matarlo con casi todo lo de esta habitación; el sacacorchos, las tijeras del baño, las figuras de piedra que adornan la habitación e incluso con su propia arma.
La persona que lo esperaba en la sala, ahora entra en la habitación y nos mira desde la puerta. Luca lo mira con furia, me suelta y se dirige con bastante tranquilidad hacia él.
— ¿No vas a presentarme a tu esposa? —le pregunta sonriente. — No sabía que te habías convertido en un hombre sin modales.
— Ya sabes quién es. —contesta entre dientes.
— Pero no he intercambiado palabra con ella y tampoco fui invitado a tu matrimonio. Merezco una presentación en condiciones.
Por si mismo se acerca a mí, sujeta mi mano y deja un beso en ella. En anciano parece muy educado, pero sabiendo que fue el que crio, enseñó y educó a Luca, también estoy segura de que es un completo manipulador que sabe como, cuando y de que manera actuar en todo momento.
— Mi nombre es Federico, es todo un placer conocerte.
— Lilit, encantada. —me sonríe, gira la cabeza para mirar a Luca que nos observa frío desde la puerta. — ¿Quién eres?
