LIBRO 1. ||+18
La sombra de Damen Allen perseguirá a todo aquel que estuvo involucrado en la muerte de su esposa y el secuestro de su hijo. Él, un ex sicario sacado de un manicomio cuando solo tenía ocho años y criado por un asesino, jefe de una de...
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51.
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LILIT.
Están dudando sobre la verdadera asesina del guardia, pero prefieren darle importancia a otras cosas e ignorar su muerte porque ya no se puede hacer nada al respecto. Tienen una culpable y ya ha pagado, y aunque sospechan no les da más importancia, pero si caminan con más desconfianza.
La noche pasa muy lento. Los lamentos de las chicas que sí han sido heridas esta noche se escuchan por toda la sala. Cuando la luz comienza a entrar por los huecos de las ventanas selladas, al fin tenemos algo de visión y podemos mirarnos entre todas. La mayoría han conseguido pasar la noche. . . las demás no. Para ellas ha debido ser una gran liberación. Lo sé porque yo después de tantos abusos solo quería que mi cuerpo no consiguiera la fuerza suficiente para amanecer al día siguiente. Quería morir. Necesitaba morir.
Ellas han conseguido lo que yo rogué durante años.
Los hombres que verdaderamente tienen el mando entran en fila; son tres. Uno muy alto y pelirrojo, el segundo un poco más pequeño también pelirrojo y el tercero muy rubio con los ojos bastante oscuros.
Nos observan a todas mientras les informan de lo sucedido esta noche. Los dos pelirrojos se burlan de los guardias: "¿Cómo una mujer ha podido matarlo de esta manera?" le dice uno de ellos al guardia jefe, que tampoco da crédito a lo que ha sucedido esta noche.
Nos obligan a ponernos en pie en una fila tras otra para observarnos más detenidamente.
— Quiero a la mujer que Matt me mostró. —ordena el chico rubio. Parece que él es quien manda. — No me hagáis perder el tiempo buscándola entre tanta mujer. Ella es la elegida porque el jefe la ha pedido.
— Es muy rebelde. —informa uno de los que me sujetó para marcarme. — Quizá es mejor domarla antes ¿No prefieres a Elena?
Le levanta la cara a una de las chicas más calladas; morena, con los ojos muy claros y hermosa, demasiado hermosa, pero también muy joven.
— ¿No me escuchas cuándo hablo? —pregunta molesto.
— Sí. Perdón, ya te la muestro.
Estoy casi al final, pero me encuentra al instante, agarra mi brazo y me coloca frente al chico que me observa con una sonrisa para segundos más tarde comenzar a sujetar mi rostro para mirarme. Camina rodeándome, así mira mi cuerpo también y pone los dedos sobre mi quemadura a lo que respondo agarrando su mano para apartarlo. Me sujetan con miedo a que lo ataque, pero él los aparta y me sujeta la mano con delicadeza.
— Vas a venir conmigo, bonita. —me dice.
— Yo no soy parte de esto. Os estáis equivocando y si me soltáis en este momento quizás no os pasará nada en un futuro. —mis palabras lo incitan a burlarse.
