7. "Damen."

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7.

DAMEN.

Durante años, mientras dormía en el suelo de la celda soñaba con mi mujer y con mi hijo. Soñaba con la vida que podríamos haber tenido, la veía jugar con el pequeño Theo de dos años en el sofá, riéndose, mientras los observaba y me sentía buena persona. Ese sueño terminaba oscureciéndose con los horribles recuerdos de ese día en el que los perdí a ambos para siempre. Todavía noto su sangre entre mis dedos y veo sus ojos vacíos mirándome antes de morir.
Todos me quitaron lo que más amaba. Cada uno de los nombres de mi lista merecen un final peor que el que yo viví.

— No los mates, te lo suplico. —Repite usando sus últimos momentos de vida. — Solo son niños.

— Solo son niños. —Rio— ¿Y mi hijo, no era un niño?

— Sabes que tu hijo no está muerto. —dice, haciendo una confesión de la que no se da cuenta. — Mis hijos no merecen pagar por los pecados de sus padres.

Bajo la mirada hasta la parte de su miembro, segundos después vuelvo a mirarle.

— Os supliqué ¿Te acuerdas? Jamás había suplicado por nada, pero os supliqué por Dulce y no os importó. —Me pongo en pie— ¿Por qué debería importarme la vida de tus hijos?

Trata de levantarse con las pocas fuerzas que le quedan. — ¡Tomás, coge a tus hermanos y vete! —Grita.

Cojo una silla, la arrastro y me pongo frente a él. Sus ojos me miran con terror, mientras que yo disfruto demasiado haciendo esto. Sé que no me devolverá a Dulce, que jamás volveré a verla, pero mi consuelo es poder acabar mi venganza, como tantas veces imaginé en la celda. Agarro la botella de vino que estaba bebiendo con su mujer, le doy un trago y sonrío.

— ¿Quieres?

— Acaba con esto, Damen. Sea lo que sea aquello que tu mente malvada quiere, hazlo de una vez. —Le vuelvo a dar un trago a la botella. — Estoy desangrándome, no duraré mucho.

— Podríais haberos olvidado de mí. Os podríais haber negado a buscarme y no estarías pasando por esto. No habrías visto morir a tu esposa y tampoco verías morir a tus hijos ¿Sabes? Yo dejé de ser malvado, quise ser bueno e intenté seguir con mi vida sin molestar a nadie, pero decidisteis buscarme para hacerme ver que había cometido un error y qué mi castigo era perder lo que amaba ¡Y cuál fue vuestro error! —Exclamo y vierto el vino en el suelo. — Pensar que jamás volvería.

— Le dije a Luca que debería haberte matado. Él mejor que nadie sabía que volverías ¡Y se lo dije!

Le vierto el poco vino que queda en la botella en su cabeza. Él grita, trata de arrastrarse para huir del alcohol pero es demasiado tarde, la llama de mi mechero cae sobre él haciendo que arda en cuestión de segundos y junto a él, arde todo lo demás. Camino hasta la salida escuchando los gritos de dolor de Robert, que hasta su último aliento suplica por sus hijos. Él muere en poco tiempo, y yo me dispongo a salir por la puerta antes de que las llamas terminen con todo lo demás, pero escucho pasos detrás de mí y al girarme descubro a sus hijos buscando también una salida.

SHADE. ®   (#1) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora