Al igual que ella, también la palabra compromiso lo paralizó. Quizás por lo pronto que se estaba sintiendo el hilo de relación. Jiang Cheng sabía que teniéndola a lado era imposible no querer suspirar embobado, o peor, de manera sutil tener que sostenerla, para saber que aún seguía con vida.
Su madre siempre lo retaba con la mirada por la cercanía que compartían, incluso por lo más tonto, su madre bufaba. Y el padre de Wei ying, parecía que pronto le cortaría el cuello si llegaba a hacer algo indebido. ¡Incluso siendo niños! Aunque Jiang Cheng fuera un adulto mentalmente.
Jiang Cheng bufó en lo que se cruzaba de brazos, al menos no tenia que temer en lo que pasaría en el futuro con ellos. Su relación ya estaba planteada, y los padres de Wei ying seguían con vida, entonces, lo único que debía de evitar era toda la consecuencia de la guerra, y que nadie cercano fuera a morir.
No ahora.
Así que, su llegada a Gusu Lan, era algo que tenía estipulado, pero no con Wei ying vestida como un joven maestro.
—Mamá fue de la idea —comentó a su lado, sin dejar de bostezar, en lo que él acomodaba su desordenado cabello—. Me dijo que el área de las cultivadoras es muy aburrida, y que, si te quería vencer, puedo aprender mejor en esta área.
—¿Y si te descubren?
Wei ying negó segura—. Estuve practicando, y mamá dijo que le escribiera si pasaba algo, pero seré cuidadosa, quiero pasar más tiempo con mi prometido.
—Eres un caso perdido.
—Pero, seré tu esposa —continuó ella, sin dejar de sonreír, en lo que dejaba un beso sobre su mejilla, cosa que le hizo apartar la mirada sonrojado. Agradecía que aun estuvieran fuera de las miradas de los otros discípulos Jiang.
Aunque todos sabían sobre sus claros sentimientos en ella.
—Esto no es una buena idea —le susurró preocupado mientras atravesaban las imponentes puertas de la secta—. Si te descubren, ambos estaremos en graves problemas.
—No seas aguafiestas, A-Cheng —respondió Wei Ying en voz baja, dándole un codazo juguetón—. Nadie notará nada, me veo idéntica a cualquier chico con esta túnica holgada y el pelo recogido. ¡Me llamarán Wei WuXian, el misterioso nuevo discípulo!
Jiang Cheng puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar que una sonrisa se le escapara. El entusiasmo de Wei Ying era contagioso como siempre. Sólo esperaba que su treta no les causara un castigo monumental por parte del estricto Maestro Qiren.
Caminaron junto a otros nuevos discípulos hasta el salón principal, donde el Maestro Qiren les dio la bienvenida con su acostumbrado semblante adusto. Para alivio de Jiang Cheng, no demostró sospechas sobre la verdadera identidad de Wei Ying.
—Joven Wei, veo que viene recomendado por la honorable Madam Yu —comentó Qiren al revisar su registro—. Espero que demuestre la misma disciplina que ella en su juventud.
—¡Por supuesto, Maestro Qiren! Me esforzaré al máximo —exclamó Wei Ying con su mejor voz grave, haciendo una exagerada venia.
Jiang Cheng volteó el rostro para ocultar su risa. Ella definitivamente sacaría de quicio al pobre Maestro con su irreverente actitud.
Los siguientes días resultaron complejos para disimular el secreto de Wei Ying. Compartían habitación, así que debían turnarse para usar el baño y vestirse. Además, Jiang Cheng debía constantemente recordarle que moderara sus gestos y voz frente a los demás.
—Si sigues cruzando así las piernas, todos notarán que no eres un chico —le susurró una noche mientras estudiaban en la biblioteca.
Wei Ying bufó pero obedeció, cambiando de posición. Un mechón de cabello se escapó de su coleta, enmarcando su delicado rostro. Sin pensarlo, Jiang Cheng lo acomodó gentilmente tras su oreja, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos. Ella le sonrió sonrojada.
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El Loto y La Luna; ChengXianFem!
FanficPerdió lo que más amaba en manos de otros, y el querer venganza suena poco para todo lo que paso su familia. Jiang Wanyin quiere una oportunidad, y él no duda en dársela, con la única opción de que la proteja. Wei Wuxian es el todo, y él cumpliría...