art

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—¿A dónde vamos?

—Vaya paciencia tienes— Bufó Hope guiando a CC por un extenso y extraño pasadizo —. No te estoy secuestrando.

—Eso no lo sé ¿Me secuestrarás? ¿Acaso me matará señorita Gibson?

—Claro que no— Respondió con obviedad riendo —. Sino ¿Con quién competiría?

—Tienes razón.

Lentamente mientras caminaban hacia lo desconocido sus meñiques empezaron a buscarse logrando que sus manos se enlazaran. El contacto provocó un ligero sonrojo en ambas, sin duda cada tacto era especial para ellas.

Hope sabía exactamente dónde quería llevarla. No había pensado nunca en salir con alguien, pero habían excepciones, CC era la excepción.

Al final terminaron su recorrido frente a una gran construcción, la rubia pudo reconocer de que se trataba.

—Tenemos ideas muy diferentes de citas románticas.

—¿Que estás diciendo? No hay nada más romántico que el arte en persona.

—Son solo pinturas.

—¿¡Solo pinturas!?— Repitió ofendida y tiró de la mano de la chica y la llevó hacia dentro del museo. Fue un comportamiento brusco, pero CC no sé quejó, viniendo de Hope todo se sentía suave.

Entraron a un mundo totalmente diferente a lo que estaban acostumbradas. A la deportista definitivamente el arte siempre le pareció aburrido, mientras que a la castaña le fascinaba apreciar cualquier cuadro. Admiraba la sutileza de la pintura, sus detalles.

Mientras visitaban las obras de arte la azabache miraba con atención a estos, mientras que la rubia apreciaba a su chica, no podía quitarle los ojos de encima. Se dió cuenta de cuánto le gustaba verla feliz, su sonrisa al disfrutar hasta lo más mínimo. Sentía que por mucho tiempo había ignorado su belleza y sin duda era algo destacable de ella. Para ella resaltaba en todos los aspectos de los demás.

—¿Por qué me miras así?— La despertó Hope con una risa nerviosa —. Pareces acosadora— Comentó e hizo reír a CC —. Vinimos a desgastarnos los ojos viendo pinturas no en otra cosa.

—Perdón. Es que eres muy hermosa.

Sus palabras provocaron un revoloteo en el estómago de Hope. Nunca le habían hablado tan bonito, o al menos es diferente escuchándolo de la persona que te gustaba demasiado. Debió cubrirse la cara por el alto nivel de rojo que cobró su rostro, se sentía maravillosamente cursi, como los libros de los que Bada le comentaba. Estaba empezando a sospechar que tenía razón.

—Ya lo sé — Intentó decir con superioridad pero le tembló la voz —. Pero puedes decirme cumplidos después.

—Después es demasiado.

—No es demasiado, quejosa.

—Si lo es para mí, quiero aprovechar cada segundo solo para decirte cosas demasiado cursis.

—Odio lo cursi— Confesó parando en frente a una pintura enormemente hermosa, llamada Modern Rome. Habían demasiadas cosas de las que podría hablar, era demasiado precisa e impresionante. Dejó a la castaña sin aliento m

—Amas lo cursi viniendo de mí, admítelo.

La castaña soltó una risita cabizbaja.

—Este me gusta— Admitió la rubia y la chica la miró destellante.

—Es arte.

Las palabras salieron desenfrenadas de la boca de CC;

—Tu eres arte, Hoe— Murmuró solo para que ella la oyera.

El Año De Intercambio- CC WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora