First love?

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Un sentimiento extraño irrumpía en la mente de la rubia. Sentía pesar, pero se negaba a admitir que quizá tuvo un poco de culpa por la pelea entre ella y la castaña.

Hasta entonces se encontraba viendo la televisión, ya que, Carlotta no estaba en la residencia a esa hora, tenía una reunión con los de su salón o algo así. No tenía nada mejor que hacer que ver partidos viejos de soccer, de esa manera se entretenía más de lo normal.

Hasta que escuchó como llamaron a la puerta e inmediatamente se reincorporó para atenderle. Supuso que la reunión de la italiana se habría cancelado, pero se llevó otra sorpresa.

—Siento mucho la interrupción CC, es que no dejaba de insistir— Explicó brevemente la asiática mientras realizaba un gran esfuerzo por mantener de pie a Hope.

—¿Insistir?— Cuestionó frunciendo el ceño luego de notar como lentamente quería otorgarle el cuerpo de la castaña para que ella la sostuviera y ella no tuvo otra opción de aceptarlo. No podía evitar sentir curiosidad y preocupación acerca del estado de la casi inconsciente.

—Si, está resfriada y tiene cuarenta grados.

Los ojos de la rubia se abrieron como platos. Esa vez si se arrepintió tanto de haber peleado con ella debajo de la lluvia, quién sabe hasta que hora se habría quedado empapada.

—No dejaba de mencionarte, quería que tú la trataras, a mí no me hace caso.

No podía sentirse más intranquila ¿Ella cuidando a Hope? Apenas podía cuidar de si misma y estaría cuidando a otra enferma. Pero no tenía otra opción que asentir y entrar a su habitación con cuidado para que no se cayera.

—¡Cuídala por mí!

La rubia asintió volteada, para luego cerrar la puerta totalmente alterada.

—¿Que haré contigo?— Se preguntó susurrando mientras recostaba a la azabache sobre la cama.

—CC— Murmuró la contraria con una voz ronca.

—Oh por Dios estás ardiendo Hope— Anunció tocando la sien de la misma. Estaba completamente sudada y estaba mojando la almohada de la ojiverde. Optó por buscar un vaso ondo y llenarlo con agua fría para refrescar su frente con un paño y una toalla para colocarla debajo de su cabeza.

Dejó el tazón a un lado y se aproximó a ella.

—Cuidado.— Le dijo ayudando a levantarla y apoyar su cabeza sobre su hombro. La azabache comenzó a jugar con su pera sobre su hombro, disfrutando de aquél tacto como si fuera la almohada más suave de todas. Mientras que la rubia se sentía aún agobiada, arreglaba la toalla.

—Oye.—volvió a llamar a su contraria. La chica tenía ganas de preguntar por qué razón la llamaba tanto y por qué recurrió a ella como si fuera una médica. Sin embargo, siguió con su trabajo cordialmente.

Hasta que Hope dejó apoyada su nariz sobre su piel. Inmediatamente sintió como sus pelos se erizaban, podía sentir su respiración sobre su hombro, sobre todo porque solo llevaba una remera de tirantes y muchas emociones invadieron su ser en un segundo. Mientras que Hope estaba oliendo y experimentando su magnífico olor, que simplemente le traía tranquilidad, ya que, la había extrañado más de lo indebido.

—CC ¿Te han dicho que hueles bien?

Mierda.

Maldijo, Walker en su cabeza. Su aliento chocaba contra el suyo de manera lenta y se sentía demasiado bien. No pudo evitar suspirar pesadamente, por un momento se había olvidado por completo de su almohada, solo se concentró en la castaña y sus acciones.

El Año De Intercambio- CC WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora