a simple favor

591 47 0
                                    

Una luz tenue interrumpe el sueño de CC, se despierta tratando de adaptarse a la iluminación de la lámpara. Una enfermera se encontraba a su lado tomando su presión y al otro costado una familia preocupada.

—Ya despertó— Anunció la enfermera acabando con su trabajo.

Rápidamente todos corrieron a abrazarla. Su madre sin duda era la más desesperada, no quería soltarla. Ella siempre fue muy paranoica cuando se trataba de CC jugando al fútbol, temía que sucediera cualquier mínimo incidente y comprendía su preocupación, ella se había lesionado y vivía constantemente con el temor de que a CC le ocurriera algo similar.

—Estoy bien— Dijo acomodándose mejor en la camilla —¿Que pasó?

—Te desmayaste en medio del partido, tu presión se estabilizó por ahora y no tienes conmociones— Explicó la enfermera anotando en su formulario —¿Tuviste alguna molestia antes del juego?

—No lo creo, fui muy cuidadosa estos días, para estar bien.

—¿Tal vez un golpe de calor?— Sugirió la señorita encogiéndose de hombros —¿Has desayunado querida?

—Come un banquete cada hora del día— Mufó su hermano Wyatt y su madre le pellizcó el brazo.

—. Pues la única explicación sería la tensión. Los adolescentes bajo presión pueden terminar alterando mucho sus sentidos al punto de que bajen sus defensas.

—¿No estará sugiriendo ataques de pánico?—Intervinió su madre.

—No, no, nada de eso, no es necesario que tenga ataques de pánico, simplemente es el estrés, tal vez te pusiste nerviosa antes del partido— Miró a la menor —. Además si no tuvo ataques de pánico en su niñez, dudo que los tenga ahora.

Todos asintieron. Aunque era extraño que CC esté nerviosa, normalmente se sentía confiada, simplemente el fútbol la hacía feliz y cuando jugaba la presión desaparecía.

—Eso es todo. Te recomiendo relajarte, mantente hidratada y come saludable esta semana. Si hay alguna duda podrán consultarme.

—Pero ¿Que pasó con el partido? ¿Y el reclutador?

—Me temo que no puedo informarte querida, deberías preguntarle a la entrenadora o a la directora.

—Bueno, gracias de todos modos— Agradeció para luego levantarse siendo acompañada por su familia. Salieron de la enfermería y giraron hacia uno de los bancos a su costado. Y vaya que CC se llevó una sorpresa, pero se preguntó si era una agraciada sopresa o una pésima.

Hope se reincorporó rápidamente de su silla inspeccionando de arriba a abajo a su contraria. Esta en respuesta la miró raro.

—¿Qué haces aquí?— Por fin se atrevió a preguntar.

—Ella fue la que te trajo hasta aquí linda.— Le respondió su madre.

CC no podía creerlo y menos procesarlo ¿Era acaso una especie de broma pesada? ¿Su enemiga? Se cuestionaba por qué ninguna de las chicas de su equipo la había esperado.

—Te esperamos en el auto hija— Interrumpió su madre al notar la tensión del ambiente. Supuso que debían tener una conversación a solas.

—Lamento lo de tu partido— Sinceró Hope. Aún se sentía terriblemente culpable ¿Cómo hubiera reaccionado si algo le hubiera pasado? Aunque para ella no significaba nada el hecho de ayudarla, simplemente era... Un gesto.

—Está bien, yo lamento lo de tu proyecto.

—Está bien... Ni que fueras culpable.

¿Entonces por qué me siento jodidamente responsable?

El Año De Intercambio- CC WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora