Capitulo VIII.

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Aquella mañana despertó un tanto desorientado, estaba seguro de que seguía aferrado a Yuuji. Recuerda que recibió un reproche por no dejarlo salir de la cama por tercera ocasión.

Fue cuando sus pesadillas regresaron a atormentarlo que abrió los ojos una vez más, la cama estaba vacía y fría, los rastros de la noche anterior podían verse en la ropa tirada y las sábanas sucias.

Pero estaba solo.

No pudo dejarlo tan pronto, busco algún rastro que le dijera que sus pertenencias ya no seguían ahí. Encontró todo en su lugar, aunque eso lo significaba que realmente volvería.

Se enderezo confundido, tirando las sábanas a un lado y tomando su ropa del suelo. Apenas pudo vestirse decentemente para salir corriendo de la habitación, su respiración era agitada cuando el olor a hot cakes llegó a su nariz.

El pelirosa estaba sentado en el sillón viendo alguna película entretenida antes de iniciar sus clases, con una mano sostenía la taza de chocolate caliente y tenía un hot cake hecho rollito en la boca.

Sus miradas se encontraron casi de inmediato, haciéndolo saltar en su lugar y derramando un poco de la bebida sobre el suelo. Incluso así, era evidente que los dos querían verse pronto.

Se tranquilizó al verlo actuar normal, está vez sin ningún comentario mal dicho o algún cuestionamiento, intercambiaron un par de palabras y se unió a él tomando asiento a su lado.

Gojo quería tocarlo un poco, recargar su cabeza sobre el hombro contrario no era mala idea, pero no quería incomodarlo.

De verdad quería hacer las cosas bien.

Cuando tuvo que irse a la escuela fue detenido por unos ojos brillantes, el par de diamantes lo miraban en busca de algun signo de huída. Podía ver las intenciones de no soltarlo.

–Vas a regresar, ¿Cierto?

No hubo respuesta, quedándose encerrado todo el día y con la ansiedad carcomiendo su ser. Ya podía poner una excusa del porque no asistió a trabajar, lo más importante era que Itadori regresará.

La puerta se abrió a las siete de la noche y lo observó entrar arrastrando los pies.

Fue a su encuentro y lo cargo de regreso a la habitación. Era como si ninguno quisiera romper la burbuja que habían creado a su alrededor.

Sus brazos y piernas se enredaron en su cuerpo, al momento en que él dejaba un beso sobre sus cabellos. Quizá era mejor dejar que todo fluyera que arruinaran las cosas una vez más.

Serían egoístas una vez más y se aferrarian al otro.

Aunque fuera una última vez.

Los últimos días habían sido... Diferente.

Satoru intentaba convencerselo de que nada de su relación había cambiado, si bien había logrado convencer a Itadori de reforzar su amistad de una manera peculiar, sentía que la insistencia se debía a algo más.

Acepto más por beneficio propio que por sus palabras y sus ruegos de ser amigos sexuales.

Yuuji había regresado a sus clases por el regaño de Megumi. Ya no soportaba que el albino siguiera sin hacer nada, luciendo una tristeza falsa y lanzándole indirectas cada vez que pasaba cerca. A su regreso, el salón entero recibió una especie de castigo, con todos los temas que dejó pasar siendo vistos un mismo día.

El Buen Profesor • Goyuu [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora