Capitulo XI.

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–No creo que esto sea una buena idea.

Se dirigían al departamento que compartía con Satoru. Las manos le sudaban debido a los nervios.

–Veamos si cae en la trampa.

En toda la semana se había sentido fatal, como si aquella decisión le hubiera quebrado un poco más el corazón.

Por supuesto, Megumi lo había notado y preocupado por su amigo le pregunto que había pasado, sobre todo por la pequeña mancha que tenía en el cuello.

Había actuado rápido esa vez, se había puesto un poco de hielo y casi logro que desapareciera, casi parecía que el mismo había rasgado esa parte.

Recordarlo lo hizo enojar de nuevo y en un gran ataque de confianza le contó todo a su amigo.

Omitiendo algunas cosas, claro.

No olvidaría la cara que puso cuando le contó que el chico del que siempre había estado enamorado era Gojo y que estaba teniendo una relación diferente a la que tenían.

Ahora estaban dentro del departamento, no pensaban hacer nada malo o extraño.

Solo iban a hacer lo que dejaron pendiente, Yuuji había encontrado un pequeño gatito que solía escabullirse en el departamento de abajo. Lo había estado espiando durante días y había caído del cielo que volviera a dicho lugar en esos días.

Seguía nervioso, demasiado, casi podía jurar que Gojo no iría a buscarlo para ver lo que hacían ambos chicos.

–No, esto está mal. Megumi, nunca debimos mentirle de esa manera.

–Yuuji...

–Quiza yo tengo razón, estábamos demasiado enojados. Si, mis hermanos lo hicieron enojar y luego yo me enoje porque no lo trataron bien...

–¡Yuuji!

–... Entonces él me hizo está horrenda cosa de nuevo y yo me moleste aún más, nos desquitamos con el otro. Sí, eso es yo...

Se cayó cuando dos manos lo tomaron de sus hombros y comenzaron a moverlo frenéticamente hacia delante y atrás.

–Escuchame bien.  No intentes justificarlo solo por eso. Si es verdad lo que dices él encontrara la manera de disculparse.

–Pero yo me comporte como un tonto, lo ignore en esta semana, ¿Qué pasa si no me dice nada?

–Bueno, lo que dijo te dolió, se lo merece. Además, si no se disculpa, lo siento, pero tendrás que buscar a alguien que te valore incluso mejor que él. ¿De acuerdo?

–Sí –suspiro aceptando de mala gana.

–Bien, al fin llegaremos al fondo de esto y sabremos que sorpresa encontramos.

–Es un gatito.

–Ya no es una sorpresa.

Mentiría al decir que no busco algo sobre anatomía mientras se dirigía al departamento.

Que no esperaba encontrarlos en el sillón mientras leían algún libro y que mucho menos quería impresionar a cierto chico con sus conocimientos adquiridos hace cinco minutos.

Estaba dando zancadas largas, necesitaba llegar lo más rápido posible.

Llegó al edificio, subiendo las escaleras de dos en dos escalones y corriendo a través del pasillo.

El Buen Profesor • Goyuu [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora