Capitulo XIII.

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-¿Verdad o castigo?

Satoru había encontrado ciertas ventajas en ese ridículo juego, como él lo llamaba.

Yuuji y él no volvieron a hablar sobre lo ocurrido en su fiesta. Incluso si él mismo quería sacar el tema, evitaba hacerlo y en consecuencia, se ponía más cerca de su amigo para ver su reacción.

Le gustaba el color rojo que decoraba su cara y el brillo intenso que le daban esos ojitos dorados.

Se decía a sí mismo que era joven, un chico de diecisiete años con las hormonas en su punto más alto, pero había algo ahí cada vez que sentía la respiración de Itadori cerca de él, un latido demasiado rápido para ser solo la inusual calentura de su edad.

Así que ahí estaba de nuevo, intentando obtener un poco más de siete minutos para comprobar que solo quería corromper a su amigo.

Pero ninguno elegía castigo, de alguna manera, cuando tenían que elegir su opción, sus ojos se cruzaban y daban el mismo espectáculo; la cara roja y un salto en su lugar.

Incluso cuando él se atrevió, por primera vez, a elegir castigo se le dio uno muy tonto.

Tenía que tocar el timbre y correr antes de que saliera el perro que vivía en esa casa, para su mala suerte se había tropezado y caído de cara contra el pavimento, fue salvado de una mordida cuando la dueña del animalito le reprendió su manera de salir así.

Suguro se había burlado de él durante toda esa semana, solo una persona se preocupo por sus heridas.

Y eso lo había confundido aún más.

La segunda vez, y última, había logrado que le dieran los siete minutos en el paraíso, pero no con la persona que esperaba.

Una chica estaba demasiado nerviosa por ello y él solo mostró su enfado.

Se había molestado por ese castigo, incluso más cuando Yuuji lo miro con una extraña mezcla de preocupación y tristeza.

Se negó, diciendo que no volviera a jugar con ellos si volvían a ponerle un castigo así.

Pero ahí estaba de nuevo, la esperanza siempre era lo último que se perdía y él era la prueba de ello.

-Verdad.

Casi observó a todos sus compañeros unirse en grupo para saber que preguntar, siempre era algo respecto a sus gustos o si estaba soltero. Incluso llegaban a preguntar por su familia.

Siempre mentía, pero sintió que algo iba a mal cuando vio a Suguro ahí, alzando su cabeza y burlándose de él.

Itadori tampoco se había unido a ellos, como si estuvieran hablando mal de ambos en sus propias narices y no repararán en su presencia.

Los vio separarse un poco risueños y pensó lo peor.

-Satoru, es una duda que todos tenemos.

-Ajá, ¿Qué es? No voy a darles el número de mi tarjeta.

-No es eso.

Todos se miraron, como si tuvieran un poco de miedo por su respuesta.

-Antes que nada, sabes que no vamos a juzgarte -hablo Shoko.

-¿De qué...?

-¿Te gusta Yuuji?

El chico que debía preguntarle lo soltó como una bomba haciendo que todos se quedarán callados, como si no fuese momento para haberlo preguntado.

El Buen Profesor • Goyuu [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora