XII - NxV

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Mientras más tiempo pasaba, más muertes "accidentales" ocurrían, tan solo paso una semana desde que nuestros protagonistas llegaron a la famosa empresa y ya han habido cuatro cadáveres encontrados pero que todos llevaban a una mísera desgracia, esto espantaba a los trabajadores del lugar pero no existía un día de reposo, y lo mismo ocurría con los robots.

V y N estaban teniendo al parecer una cena en la cantina mientras que J  permanecía caminando por los pasillos de forma solitaria a la hora de comer y su hora de trabajo estaba culminando, todos estaban tan estresados como cansados. Ella aún seguía sintiendo un dolor en el pecho y con fallos en su respiración pero no le hacía mucho caso a eso a pesar de que todos los días empeoraba.

Se acercó a una de las enormes ventanas que habían en el lugar para ver la luna salir lentamente mientras que había una máquina llevando la chatarra al vertedero como era costumbre pero ignorando esto el paisaje era hermoso, hasta que esa cosa dejó caer la basura, J observó fijamente un movimiento extraño en los deshechos para luego ver el detalle de que había una mano metálica entre ellos, pero no una mano de un dron cualquiera.

Sino de un dron de desmontaje.

Al ver esto ella quedó paniqueada como si hubiera visto un monstruo, dió un paso hacia atras para pensar y salió corriendo para bajar las escaleras evitando el montón de robots que llevaban papeleo, esquivó cada uno de ellos hasta llegar a la salida, sentía como su cuerpo perdía fuerza a medida que corría, se estaba asfixiando y fue tanto así que cayó al suelo aunque se levantó lo más rápido que pudo, sus piernas estaban temblorosas y cada vez estaba más cansada pero los recuerdos tan escalofriantes hacían que se mantuviera en sus dos piernas.—Ah... maldita sea...

Rápidamente llegó a la escombrera y volvió a caer, arrastrándose se acercó al lugar donde veía que había movimiento, luego de esto levantó grandes pedazos de metal oxidado con sus pocas fuerzas y con su esfuerzo encontró lo que buscaba, un cuerpo de un murder dron bañado en aceite, con una cabellera negra, por su anatomía se sabía que se trataba de un robot masculino, pero lo que más le llamó la atención es que su visor estaba quebrado y con un mensaje distorsionado de alerta informando que estaba apunto de morir.

J se levantó para armar su palma con una pistola sencilla y rematarlo pero él comenzó a moverse, su núcleo y aguijón como sus ojos exteriores cambiaron de un tono amarillento a un color blanco y la alerta se detuvo.

Este movió su mano para que ella lo ayudará, pero estaba dudando mucho de aquel, aunque esa acción que hizo nunca fue vista en toda su vida ni como worker drone ni como dron de desmontaje. Algo hizo click en su cabeza así que lo ayudó a salir de ahí,  no tenía nada de fuerzas por lo que lo arrastró dejando un camino de aceite por el césped y se posaron debajo de un árbol rodeado de arbustos para que nadie los vieran.

Se le ocurrió sanar esas heridas que él poseía y aunque fuera de un método asqueroso e incómodo lo hizo, llenó sus dedos de saliva para pasarlos por el visor del tipo que iba a perder la vida, esperó unos segundos y él dió un salto de espanto, su pantalla había sido regenerada pero aún estaba recopilando información, estaba desnudo frente a la de coletas pero ella solo ignoró esto.

Ahg..., te debo una...—Su voz estaba fallando debido al maltrato que tuvo al estar rodeado de metal oxidado y probablemente más cosas desconocidas.

—Me alegra saber que tengas eso en cuenta.—La fémina lo amenazó con su cola ácida apuntandolo de forma agresiva.—Tengo preguntas que hacerte así que no planees ir en mi contra.

Las respondería si recordara las últimas ocho horas de mi existencia...

—Solo necesito información, si no me eres útil voy a dejar que te pudras hasta que mueras.—El visor del drone estaba apagado por alguna razón pero con sus seis ojos posteriores pudo observar la placa en su ropa que colocaba un nombre a su hablante.

Normas De La Empresa | Murder DronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora