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Los tres se verían en una madrugada con un aura extraña entre ellos acerca del ambiente, repentinamente comenzaba a haber frio en la ciudad, solitaria, silenciosa y al aire libre con unos cuantos carteles de publicidad que alumbraban las calles sombrías, buscando suministros para saciar el hambre que poco a poco comenzaban a sentir, aunque el mayor tuvo un presentimiento por detrás para luego inclinar un poco su cabeza hacia la izquierda para darse cuenta de que la pelicorta no estaba con ellos.

Él intentó llamar la atención de su líder pero ella simplemente hacia oídos sordos, el hambre la estaba volviendo más dura de lo normal y eso iniciaba un sentimiento de enojo hacia ella. Aunque sus sistemas estuvieran a la defensiva por aquel ambiente tan neutro pero a la vez tan ruidoso no pensaban en lo que pasaría si llegaban a ser vistos y de igual forma, sentían ojos mirando sus espaldas a medida caminaban en las carreteras vacías.

En cuanto a V quien había tenido un pequeño ataque emocional, estaba siendo terriblemente atormentada por su propio sistema por lo que corrió hasta sentirse limpia y desaparecida, no veía posible estar al lado de sus compañeros sintiendo hambre de su aceite e incluso sintiendo algo más por uno de los dos. Llegó por fin a un callejón vacío donde solo habían bolsas de basura y cigarros aplastados en el suelo, se sentó en una esquina de aquella para después abrazar sus rodillas llorando desconsoladamente.

[Eres un frasco con luciérnagas que están muriendo dentro de tí, para reemplazar tus podridos órganos debes de comer otros ¿Realmente quieres saber que ocurre si te resistes a comerlos? No...tu flojo cuerpo no lo aguantaría.]

Ella jaló mechones de su cabello para tratar de callar su mente pero un ruido detuvo por un momento su ruido interno, se dió la vuelta para darse cuenta de que era un gato maullando que se acercó a la dron para acariciar sus piernas, una lágrima más paseo por su visor aunque de inmediato trató de repetir el cariño que le daba el lindo gatito con él mismo haciendo que se calmara un poco.

—¿¡Se puede saber que haces con mi gato!?—Un señor molesto entro al callejón para reclamarle a quien tenía a su mascota.—¡Oh Padre! ¡Si es una dron asesina, voy a llamar a la policía!—El hombre sacó un celular de su bolsillo marcando un número. Al parecer, todos los humanos estaban en su contra.

De inmediato la robot se alertó, pero al sentir nerviosismo su sistema comenzaba a actuar por cuenta propia, sus dedos comenzaban a torcerse lentamente sintiendo como cada uno de sus cables se corrompían por dentro, cada articulación de su mano crujía despedazandose salpicando de su aceite en su rostro traumatizado mientras jadeaba del dolor, el gato al ver esto salió corriendo para luego entrar en su casa, mientras que el humano seguía esperando a ser contestado por los oficiales aunque fueran las dos de la mañana.

Un símbolo apareció en su palma manchada, siendo el Solver tomando su control, que por si solo, seleccionó al señor que estaba de espaldas discutiendo en llamada con atención al cliente y después sentir como su mano ardía, su aceite quemaba, su cuerpo siendo manipulado, cerró poco a poco sus dedos haciendo que el hombre se diera la vuelta mirándola.

—¿¡Qué es esto!? ¡Suéltame maldito espíritu diabólico!—Sus palabras fueron claras para la dron pero para el Solucionador Absoluto no, el brazo del hombre fue drásticamente roto por la mitad causando un grito espeluznante para la portadora de aquel "espíritu", una fuente de sangre salió de su antebrazo pero el poder no paraba quitándole ambas piernas al pobre humano que gritaba de forma desgarradora.

Un enorme charco de sangre se presentó recorriendo todo el callejón, las luces de las casas cercanas se encendieron indicando que se habían dado cuenta de tal escándalo por lo que V estaba en serios problemas. Agarró ambas piernas del cadáver y se levantó para alzar sus alas para no ser vista tan fácilmente por la noche, ella lloraba y se mordía sus dedos torcidos para tratar de calmar sus ganas de gritar, moría de hambre y esa escena le había revuelto el estómago, pero sus alas también comenzaron a quebrarse centímetro por centímetro causando un enorme dolor de espalda en la dron que no lo aguantó más y comenzó a gritar desesperada por alguna ayuda que por supuesto, no iba a recibir.

Normas De La Empresa | Murder DronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora