XXIII

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Hace un año.

Ella se encontraba en una barra de ejercicio subiendo y bajando detenidamente a solas, solo era ella y sus quejidos del cansancio en toda la zona deportiva de tal universidad a una hora tan tarde con sudor por todo su rostro, se presentaba allí en ese momento debido a que tenía la necesidad de concentrarse en otra cosa que no fuera su hogar y sus deberes estudiantiles. No odiaba su vivienda ni mucho menos quienes habitaban ahí, al contrario, los amaba, pero sabía que si llegaba tendría que pelear con sus ganas de dormir, cosa que no podía hacer ya que tenía que encontrar otro escape que no fuera un sueño profundo.

—¿Estás tratando de llegar al fallo o romper los músculos de tus brazos?—Una voz masculina se escuchó detrás de la fémina que estaba peleando con su ser por no bajarse de allí y romper su propio récord, esto la desconcentró por completo pero se mantuvo firme e hizo dos flexiones más antes de caer al suelo derrotada y extremadamente cansada. —Lamento reventar tu burbuja pero ya van a cerrar y me dijeron que estabas aquí para que salieras ¿Puedes levantarte?—Aquel le tendió su palma para que ella la tomara pero esta no podía siquiera moverse del dolor. Él lo comprendió por lo que la cargó como un saco de papas en su hombro riéndose.

—¡¿Ah!? ¡No es necesario, suelteme!—Inmediatamente el hombre le obedeció y la bajó pero la chica apenas pudo mantenerse de pie, comenzó a irse tambaleando para atrás en lo que ella trataba de tener el equilibrio pero no lo logró y cayó de rodillas, el más alto la agarró de los hombros para luego ver su pecho el cual tenia un identificativo en su costado. —Gracias, persona que desconozco.

—Neil, veo que estudias robótica, Tessa...Tu nombre y tu rostro de alguna manera se me hacen familiares.—Este la ayudó a levantarse quedando ambos cara a cara.

—Pues tu a mi no así que creo que estás confundido...

Pasaron meses y aquellos establecieron una amistad secreta debido al maltrato psicológico que recibía la chica en tal universidad y no quería que aquel se viera afectado ya que él tenía una reputación académica muy alta y pensaba que no sería buena idea que todos se enteraran, como excusa dijo que le incomodaba asi que él solo respetó, ella planeó varios intentos para decirle a sus drones sobre su acompañante pero siempre era interrumpida además de que no lo veía algo necesario hasta que empezó a surgir un tema, ambos se veían en el comedor o en la salida.

—¿Cuándo piensas hacer el milagro de traer un dron a la vida? No es nada fácil, supongo, yo solo estudio criminología—Deducía aquel mientras comía un helado detrás de un arbusto junto a la fémina que solo ingirió una mandarina en todo su día por falta de hambre.

—El proceso puede que me lleve una semana porque tendré horas descontadas en el día por las actividades y demás pero planeo empezar en la fecha de mí cumpleaños. Vaya regalito, estaría inmensamente feliz si todo sale bien.—Afirmó aplaudiendo de la emoción. — Tengo el conocimiento y la práctica que se requiere, pero antes, necesito que me ayudes Neil...—Mientras decia esto ella tomaba los dorsos de las manos del nombrado viéndolo a los ojos con una mirada de cachorrito sin pensar que él estaba dispuesto para lo que sea.

•.𖦹

—No tengo malas intenciones, él solo quiso ayudarme en esto, si, sé que sin contexto alguno se vería algo terriblemente tétrico y desagradable pero ya pueden bajar las armas...—Terminó por explicar la pelinegra defendiendo a su amigo que solo tenía sus manos hacía arriba esperando una señal de calma en los drones quienes aún se veían exaltados.

—¿Por qué no lo dijiste antes? ¿¡Tienen idea del susto que nos dieron!? Queremos ver dónde está ella y si en serio, en serio tienen un plan para traerla de vuelta ¿¡Cómo!?—N presentó una X en uno de sus ojos furioso rechinando sus dientes apretando la muñeca de su esposa la cual estaba enfadada como no tenían idea.

Normas De La Empresa | Murder DronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora