Capítulo 2: El virus de la muerte
La Tercera Guerra Mundial no solo trajo consigo la destrucción nuclear, sino también una amenaza biológica que puso en peligro la supervivencia de la especie humana. Se trataba de un virus que solo mataba a los hombres, y que se había propagado por el mundo a través de los misiles que se habían lanzado durante el conflicto. El virus, conocido como "M-23", era altamente contagioso y letal, y no tenía cura ni vacuna conocida.
El virus M-23 causaba una serie de síntomas en los hombres infectados, tales como fiebre, tos, dolor de cabeza, hemorragias internas y externas, fallo renal y hepático, y finalmente la muerte. El virus no afectaba a las mujeres, pero las convertía en portadoras asintomáticas que podían transmitirlo a otros hombres. El virus también tenía la capacidad de mutar rápidamente, lo que dificultaba su estudio y control.
El virus M-23 provocó una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes. Millones de hombres murieron en todo el mundo, dejando a las mujeres y a los niños huérfanos, viudas y desamparados. La población mundial se redujo drásticamente, y la tasa de natalidad se desplomó. La mayoría de los sectores productivos se vieron afectados por la falta de mano de obra masculina, y la escasez de recursos y servicios se agudizó. La violencia, el saqueo, el crimen y el caos se extendieron por las calles, mientras que los gobiernos y las instituciones se debilitaban y colapsaban.
Ante esta situación, las tres grandes potencias que habían iniciado la guerra, Estados Unidos, Rusia y China, decidieron unir sus esfuerzos para detener el avance del virus y buscar una solución. En diciembre de 2023, los líderes de estos países se reunieron en una cumbre secreta en Ginebra, Suiza, y acordaron crear tres bloques geopolíticos que se repartirían el mundo: la Unión de Oceanía, que abarcaba América, Europa Occidental, África Subsahariana, Australia, Nueva Zelanda y las islas del Pacífico; el Pacto de Eurasia, que comprendía Europa Oriental, Rusia, el Cáucaso, Norte de África, Oriente Medio y Asia Central; y la Gran Esfera de Asia Oriental, que incluía China, Japón, Corea, India y el Sudeste Asiático. Cada bloque se comprometió a cooperar con los otros en la investigación y el desarrollo de una cura o una vacuna para el virus M-23, así como a respetar las fronteras y los intereses de los demás.
Sin embargo, esta alianza fue solo una fachada para ocultar las verdaderas intenciones de cada bloque. En realidad, cada uno de ellos seguía persiguiendo sus propios objetivos y ambiciones, y no dudaba en sabotear, espiar o traicionar a los otros. La rivalidad y la desconfianza entre los bloques se mantuvo latente, y la guerra fría se reavivó. El virus M-23 se convirtió en un arma biológica que cada bloque usaba para atacar a sus enemigos, o para experimentar con sus propios ciudadanos. El virus también se usaba como un pretexto para imponer medidas autoritarias y represivas, como el control de la natalidad, la esterilización forzada, la eugenesia, el adoctrinamiento y la censura.
El mundo se dividió en tres bloques que se enfrentaban entre sí por el dominio y la supervivencia. El virus M-23 seguía matando a los hombres, y la humanidad se acercaba cada vez más a la extinción. ¿Había alguna posibilidad de encontrar una cura o una vacuna? ¿O era el fin de la humanidad?
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La siguiente parte estará candente... Además, dos de cinco imágenes son generados con IA. ¿Les gusta?
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Universo FNT-2025
Ciencia FicciónVoy a dar forma a un nuevo universo en donde la civilización se adaptará a su nueva forma de vida. Más detalles mientras escribo capítulos.