Deux

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𝓛𝓲𝓸𝓷𝓼

Desde la mesa de Gryffindor, Remus Lupin observaba la escena creada por los Slytherin, desde que Lucius tiró el jugo que le causó risa hasta que persiguió a Snape, que ya no le agrado tanto. No entendía por qué el Slytherin mayor siempre le dirigía miradas y atención. Al principio fue extraño y hasta aterrador, pero pronto se acostumbró, llegando a disfrutar de sentir esa mirada sobre él.

—Hey, ¿por qué lo dejan solo? Pobre Reg, yo sí quisiera estar con él —escuchó decir a James, soltando una leve risa.

—¿Disculpa? —miró Sirius a James, no tan contento. —¿otra vez andas viendo a mi hermanito, maldito pervertido?

—Oye, ya deja de decirme así, que no lo soy. Pensé que ya había quedado claro ese tema, Sirius —comenzó una pelea entre Black y Potter. Sirius seguía sin aceptar que su amigo sintiera algo por su hermanito.

La discusión entre Sirius y James continuaba, aumentando la tensión en su grupo de amigos . Remus, mientras tanto, se sumergía en sus propios pensamientos, tratando de entender la peculiar conexión que parecía existir entre él y Malfoy.

Mientras los argumentos entre los amigos se intensificaban, Lily Evans interrumpió con un suspiro exasperado.

—¿No pueden dejar de pelearse por un momento? Estamos aquí para disfrutar del desayuno, no para presenciar sus interminables discusiones.

Sirius lanzó una mirada molesta a James, pero finalmente cedió. —Está bien, Evans, no arruinaré tu precioso banquete con mis disputas con Potter.

Remus, perdido en sus reflexiones sobre la atención constante de Lucius, fue interrumpido al sentir su cintura rodeada por unos formidables brazos; a veces olvidaba que tenía novio.

—Hola lindo —dijo el chico de Ravenclaw, su nombre era Iskender, hace unos meses que Remus acepto salir con el, pues le parecía un chico tierno, aunque a veces no lo fuera tanto.

—Iskender, hace días no te veía por aquí cielo, ¿dónde te habías metido? —Remus le dio un beso en la mejilla.

—Perdóname, Rem, me la he pasado estudiando tanto que se me olvida ir a verte o incluso venir a comer. —Iskender lo besó, acariciando su cintura.

Remus nunca lo diría en voz alta, pero en serio, a veces las caricias del pelirrojo le resultaban incómodas. Sabía que era normal en un noviazgo, pero Iskender parecía querer ir más allá, tal vez estaba exagerando. Después de un rato, Lupin se separó de él.

Peter interrumpió apurado. —Remus, no quiero interrumpir a los tortolitos, pero la clase ya empezó, despídete y vámonos.

—Lo siento, amor, debo irme. ¿Nos vemos al rato? —Remus besó la mejilla de Iskender antes de recoger sus cosas.

—Claro, paso por ti al terminar tus clases, bonito — le guiñó un ojo y le dio un último beso.

Lupin fue jaloneado por sus amigos hacia la clase, siendo regañados por el profesor debido a su tardanza. En la clase, Sirius se sentó al lado de Remus, quien luchaba por prestar atención mientras Sirius no dejaba de hablar.

—¡Remus! —era como la séptima vez que sentía un jalón en su brazo.

—Bien, ya te presto atención. ¿Qué necesitas, Siri? —volteó a ver al pelinegro con molestia.

—Necesito que me ayudes a alejar a James de Reg y evitar que le pida una cita —soltó Sirius, frunciendo los labios.

—Ya basta con ese tema. Sabemos que no lograremos nada. Además, no sabemos si Reg está interesado en James, así que no te preocupes, ¿ok? —volvió su vista a su pergamino. — Y antes de que digas algo, recuerda que Regulus ya no es un niño, puede tomar sus propias decisiones y no le gusta que lo controles.

—Qué aburrido —bufó Black.

La clase avanzaba mientras Sirius continuaba hablando sin descanso, y Remus luchaba por mantener su atención en las lecciones. El profesor lanzó miradas de desaprobación, pero la distracción persistía.

—Remus, en serio, necesito tu ayuda con James y Regulus. No puedo soportar la idea de que salgan juntos — insistió Sirius, interrumpiendo la clase.

—Sirius, ya te dije que no puedo hacer nada al respecto. Deja de preocuparte por la vida amorosa de los demás y concéntrate en la clase —respondió Remus, frustrado.

Después de la clase, Remus se encontró con Iskender, quien lo esperaba afuera del aula. La sonrisa cálida del chico de Ravenclaw pareció aliviar un poco la tensión que había experimentado con Sirius.

—¿Cómo estuvieron las clase? —preguntó Iskender, notando la expresión preocupada de Remus.

—Complicadas. Sirius no deja de hablar de sus problemas con James y Regulus. Realmente espero que puedan resolverlo por sí mismos —suspiró Remus.

—Mejor olvídate de ellos; haré que te relajes un poco, mi amor. —dejo un beso en el cuello del castaño, llevándolo a otro lado.

Ajeno a todo, el príncipe de Slytherin los observaba a lo lejos; en serio quería lanzarle un Avada a ese cabron. No podía evitar enfurecerse al pensar en lo que ese tipo le haría a su lunita, sobre todo sabiendo que a Remus no le gustaría. Se retiró a su sala, hecho humo, decidido a que esa luna sería suya, solo suya.

Moony [R'L/L'M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora