Six

857 67 0
                                    

𝓨𝓮𝓾𝔁 𝓪𝓻𝓰𝓮𝓷𝓽é𝓼

El esperado partido de Quidditch finalmente ha llegado, y la intensidad es palpable con ambos equipos empatados. Los Ravenclaw están demostrando una estrategia y fuerza impresionantes, haciendo que los Gryffindor luchen más de lo esperado. Desde las gradas, Regulus nota la angustia en el rostro de James y siente una profunda preocupación por él, temiendo que pueda caer de su escoba en cualquier momento. Mientras tanto, James lucha por concentrarse, abrumado por la ansiedad y la presión, especialmente al sentir la fría mirada de su padre sobre él. Desde que se unió al equipo en segundo año, siempre anheló la presencia de sus padres en los partidos, pero ahora solo desea que desaparezcan y no tener que soportar esa mirada penetrante en su espalda.

Después de una hora de intensa lucha, el partido finalmente llegó a su fin, con Gryffindor ganando gracias a la espectacular captura de la snitch dorada por parte de James. Por primera vez en mucho tiempo, sintió un gran alivio al saber que habían triunfado. Los festejos no se hicieron esperar, con numerosas aclamaciónes y pocos abucheos resonando en el campo.

En un fugaz instante, apenas unos segundos, los ojos café, profundos como el café que roba el sueño, se encontraron con los grises, tan hipnóticos como el mercurio.En un instante, el moreno sintió una conexión tan intensa que su corazón latía al ritmo de un palpitar desconocido. En aquellos ojos, creyó ver un universo entero desplegarse, con estrellas brillantes que iluminaban el camino hacia lo desconocido. Un sentimiento cálido y único creció entre los dos chicos, un sentimiento que era a la vez inquietante y precioso, puro y frágil. ¿Podría ser amor? Aunque aterrador, la curiosidad por explorarlo era inevitable.

—James... —Una voz seria y fría resonó detrás de él, rompiendo el precioso momento que acababa de experimentar. Sintió cómo se le erizaban los vellos de la nuca mientras se daba la vuelta para enfrentar a sus padres.

—Es un placer verlos, padres —dijo James, intentando mantener la calma mientras les daba un abrazo forzado para disimular. —Me sorprendió recibir su carta. ¿Puedo preguntar qué los trae por aquí?

—Queremos hablar contigo sobre tu futuro y ayudarte a encaminarte por el camino correcto por primera vez en tu vida —dijo Fleamont con su habitual indiferencia.

—Llévanos a tu dormitorio y asegúrate de que tus amigos no nos molesten —agregó Euphemia esta vez.

James pensó para sí mismo: "No puedo creerlo, ni siquiera me felicitaron por ganar o preguntaron cómo me sentía. Pero para qué sorprenderme". Se llevó a sus padres a su dormitorio, cerrándolo con un hechizo y silenciando la habitación. Se sentó frente a ellos en la cama de Sirius, totalmente nervioso. La presencia de sus padres allí era una clara señal de malas noticias.

Fleamont miró a James con severidad, mientras Euphemia suspiraba con decepción.

—James, tus calificaciones dejan mucho que desear —comenzó Fleamont con un tono áspero. —Debes esforzarte muchísimo más si quieres alcanzar tus metas. No podemos permitir que desperdicies tu potencial de esta manera.

—Lo siento, padre —respondió James con la voz temblorosa.—Intento lo mejor que puedo, pero algunas materias son realmente difíciles para mí.

Fleamont frunció el ceño, claramente insatisfecho. —No es suficiente decir que lo intentas, James. Necesitamos resultados tangibles. Tu futuro depende de ello y no podemos permitirnos ningún tropiezo.

—Lo siento, padre —murmuró James, conteniendo las lágrimas que amenazaban con escaparse. —Voy a mejorar, lo prometo.

Euphemia intervino con su habitual frialdad. —Y en cuanto al Quidditch, esperaba más de ti, James. Tu rendimiento en el campo deja mucho que desear. Deberías ser una fuente de orgullo para nuestra familia, no una decepción constante.

James asintió, tragando el nudo que se había formado en su garganta.—Entiendo, madre. Trabajaré más duro en los entrenamientos.

En la habitación, el silencio pesado se prolongó, transformando minutos en eternidades para James. Ansiaba que sus padres se marcharan y lo dejaran en paz. No estaba preparado para lo que Fleamont, su padre, iba a decir a continuación. Las palabras que salieron de su boca hicieron que el mundo de James se desmoronara y su boca se secara instantáneamente, mientras su corazón martilleaba con fuerza en su pecho.

James sintió como si el suelo se le hubiera desvanecido bajo sus pies al escuchar las palabras de sus padres. Un matrimonio arreglado con una familia de sangre pura... a sus quince años, apenas empezando a descubrir quién era y qué quería hacer con su vida, la idea era completamente abrumadora.

—¿Matrimonio? —balbuceó James, su voz apenas un susurro. —¿Ya... tan pronto?

Fleamont lo miró con severidad. —James, ya no eres un niño. Es hora de que empieces a pensar en tu futuro, en consolidar nuestra posición dentro de la sociedad mágica.

Euphemia asintió, con una frialdad que helaba los huesos de James. —Y qué mejor manera de hacerlo que asegurando una alianza estratégica con otra familia de sangre pura. Será beneficioso tanto para ti como para nosotros.

James sintió un nudo en la garganta mientras luchaba por contener las lágrimas. —Pero... ¿y qué pasa con lo que yo quiero? No quiero casarme, no así... no ahora.

Fleamont lo miró con desdén. —Tus deseos personales son irrelevantes, James. Lo que importa es lo que es mejor para nuestra familia y nuestro linaje. Y un matrimonio conveniente es lo que hemos decidido.

—James, ya está decidido. Pronto te casarás con una joven de la familia Black. Debes asumir esta responsabilidad, es hora de que hagas algo que nos enorgullezca después de tanto tiempo —declaró Euphemia, fijando una mirada seria en el joven.

Con esa última frase, sus padres se retiraron, dejando a James en completo desconcierto. La idea de casarse a una edad tan temprana era abrumadora. Ni siquiera había tenido la experiencia de una relación amorosa y, lo que era más importante, su corazón ya pertenecía a otro. La imagen del chico al que amaba llenaba su mente, creando una opresión en su pecho. No había tenido la oportunidad de expresarle sus sentimientos y ahora se encontraba atado a una "obligación" impuesta por sus padres.

James se sentía atrapado en una encrucijada, pero sabía que no podía quedarse de brazos cruzados. Aunque no estaba seguro de cómo evitarlo, estaba decidido a tomar el control de su propia vida. No permitiría que sus padres lo manipularan como un títere. Incluso si eso significaba renunciar al linaje Potter, estaba dispuesto a luchar por su libertad. Estaba determinado a encontrar una solución y ser dueño de su destino.

Moony [R'L/L'M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora