Sweet Scent // Bossnoeul

BrightWin

Como Bright se declaró a Win y la manera en la que concibieron al pequeño Zo.

(...)

—Bright- —murmuraba Win, sintiendo los húmedos labios en su cuello—. Estamos en público...

—Lo sé, Win, pero eres tan apetecible que no puedo alejarme de ti —dijo Bright, besando ahora los labios del moreno de manera obscena. Le valía mierda que estuvieran en un parque, eran casi las 8 de la noche, no había mucha gente ahí.

—B-Bright... esto no está bien. —El omega intentaba alejarlo.

Bright ignoró cualquier queja de Win y siguió con su trabajo.

—P-por favor, para —suplicó Win, inquieto. Un dolor en su pecho se hizo presente, pues ellos ni siquiera eran una pareja y el omega se comenzaba a sentir usado, aunque sabía que Bright no era de esa clase de alfas que se follaba a las personas y luego las abandonaba.

Bright se separó asustado en el momento en el que escucho un pequeño sollozo por parte de Win.

—Win... ¿Qué sucede? —preguntó preocupado, alzando el rostro del omega y viendo pequeñas lágrimas en su rostro—. ¿No quieres seguir? Si te sientes incómodo, lo entenderé.

—N-no es eso, es sólo que... —El moreno bajó la mirada—. Si quiero seguir, quiero sentirte completamente fundido en mí, pero es que... —Win no sabía cómo decirlo—. Lo que sucede es que no somos pareja aún y...

Bright miró sorprendido y enternecido a Win, se golpeó internamente y abrazó al omega.

—Mi Win, perdóname —dijo el alfa, apretando más a Win a su cuerpo—. Soy un estúpido distraído, ¿cómo pude olvidar algo tan importante como pedirte formalmente esto? — Se separó del omega y tomos sus dos mejillas entre sus manos.

—B-Bright —murmuró el moreno.

—Win, bonito, ¿me harías el chico más feliz y aceptarías ser mi pareja? —preguntó el alfa, mirando fijamente al omega.

—Oh Bright, por supuesto que sí. —Win colocó sus manos en el cabello de Bright y le dio un pequeño beso.

El alfa sintió un fuerte calor en su pecho y besó al moreno con más intensidad.

—Si aún no estás listo y piensas que es muy pronto, esperaré. Yo no haré nada que tu no quieras, cariño —dijo Bright al separarse del beso.

—Gracias, Bri—susurró Win, mirando a los ojos al mayor.

(...)

[3 años después]

—Tranquilo, amor —se quejó Bright cuando su omega lo tiró contra la puerta de su hogar y lo intentaba desvestir—. ¿Qué te sucede?

Win no contestó y, en cambio, señaló con su dedo al calendario que tenían en una pared de la sala de estar.

Bright afinó su mirada para ver lo que estaba en rojo ese mismo día. Abrió sus ojos con sorpresa al ver lo que decía. El celo del omega llegaría al otro día.

—Oh. ya veo, pero llega mañana, ¿por qué estás así? —Bright intentaba procesar todo mientras las manos inquietas de su omega terminaban de desabrochar su camisa—. ¿Y por qué no puedo oler tus feromonas bebé?

—Me puse inhibidor, quería sorprenderte. —Win continúo con el pantalón de su alfa—. Te quería agarrar desprevenido.

—Y vaya que lo hiciste —respondió Bright, sonriendo, y por fin ayudando al pálido moreno bajar sus pantalones—. Esto tiene que ser rápido, quede de verme con Khaotung en una hora.

—De acuerdo —susurró Win, bajando sus propios pantalones y llevando las manos de su alfa a su entrada—. Estoy mojado y listo. —Y efectivamente, Win estaba húmedo, no tanto como en su celo, pero lo suficiente para que el miembro de Bright entrara sin problemas.

Bright metió uno de sus dígitos en la entrada del pálido y gruñó ante la cálida y apretada sensación.

—Voltéate, amor. —Win obedeció, y cuando estuvo pegado a la pared, alzó su trasero lo más que pudo—. Pero mírate, tan hermoso—. Acercó su rostro a la nuca de Win y besó su mordida, su lazo.

Alineó la punta roja en la entrada y lo penetró lentamente. Ambos soltaron un gemido y pegaron su cuerpo lo más posible.

—V-vamos... rápido. —gimió Win, moviendo sus caderas.

El alfa aumentó el ritmo de sus embestidas, haciendo que el moreno chocara completamente contra la puerta, generando mucho escándalo.

—Estamos haciendo mucho ruido cariño, nuestros vecinos nos escucharán. —Bright besó nuevamente la marca y la mordió un poco—. Te amo mucho Win... mi bebé. —Tomó entre sus manos las caderas lo y penetró más profundamente.

—Y-yo te amo más —dijo con voz ronca el omega, cerrando los ojos y dejándose llevar por el placer.

Ambos soltaron un grito y llegaron a un intenso orgasmo.

El nudo del alfa se expandió y el omega soltó un gritó de placer, el nudo era un poco doloroso, pero para Win la sensación era deliciosa, sentir como algo grande y caliente se expandía en su interior y como el semen de Bright lo llenaba hasta el fondo, era algo único y que siempre disfrutaría.

—Te amo —se susurraron al mismo tiempo y ambos rieron tiernamente.

—Me tengo que ir bebé —dijo Bright—. En cuanto el nudo se desinflame, iré con Khao, y tú toma tus pastillas, no queremos un mini Win o un mini Bright corriendo por el departamento, ¿o sí?

Win rió un poco cansado y asintió.

Un rato después, el nudo se deshizo y Bright salió del interior de su omega.

—Me voy amor. —El rubio besó a su pareja—. ¿Quieres algo? —El omega bostezó y negó, sonriendo—. Bien, descansa bebé, pero recuerda tus pastillas.

Win sólo asintió, intentando aguantarse el sueño, y se despidió de su alfa.

Cuando Bright se fue, Win se dirigió a la habitación por sus pastillas, sacó una y se sentó en la cama. Se quejó por el dolor se su culo y se acostó boca abajo con la pastilla en mano.

Cerró los ojos por unos segundos y se dejó llevar por la suavidad de la cama; sin darse cuenta, se quedó dormido, dejando caer la pastilla en el suelo, ésta rodó un poco, quedando debajo de la cama.

Los siguientes días el omega no se vio en la necesidad de tomar supresores ya que su alfa lo consintió con su gran polla cubierta por un condón.

El omega dio por hecho que la pastilla anticonceptiva había sido ingerida por él, así que pasó por alto los mareos y náuseas que comenzó a sentir unas semanas después.

Bright estuvo tan preocupado por su omega hasta que este accedió a ser llevado al médico.

Grata fue su sorpresa cuando el doctor les dio la gran noticia.

—Felicidades, Win está esperando un cachorro.

La pareja se quedó sin habla y solamente se miraron a los ojos sin saber qué hacer. Solamente supieron que una nueva etapa y prueba para su amor había llegado. No sabían si este bebé traería problemas, pero lo recibirían con alegría y mucho cariño.