XI

2 3 0
                                    

Mi sangre fluye

por mi temblorosa muñeca.

Cae en la sagrada agua.

Los miro, esperando respuesta.


La de mi compañero profano

cae como catarata.

Reacciona, violenta

como ácido y savia.


La sacerdotisa se le acerca,

y reza en lenguaje oculto.

Heridas lo rodean y se abren,

dejan ver su carne a todo el culto. 

Luna de Nieve y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora