EL HILO DEL DESTINO♥️ (KOOKMIN)

Capítulo 5 🧵Pt. 2

La chica era bastante linda, tenia un vestido azul que le llegaba hasta menos de las rodillas, pero al verla así de triste hasta yo que soy medio lento para algunas cosas me di cuenta que en cualquier momento podría llorar.

—Un gusto Baekhyun, me llamo Mina —Se presentó con una sonrisa, Bae también le sonrió.

—Oh, te presento, ellos son mis amigos Tae y Jimin —Tanto yo como Tae sonreímos mientras le decíamos <<Hola>> al mismo tiempo—. Y dime... ¿Está tan mala la fiesta que te has puesto triste?

—No, no, la fiesta esta de lujo —Sonríe—. Es sol un problema... un mal rompimiento.

—Se me ocurrió una idea, ¿Por qué no hacemos que él venga a la fiesta y así terminan en paz su relación? —Pregunta Bae, Tae negó con la cabeza, yo en cambio me quedé mirando como las personas entraban y salían de la cocina.

—Me parece una mala idea —Opinó Tae, la miré.

—Exacto, es mala idea, conociendo a Jungkook sé que él no vendrá —Admitió Mina, mi corazón se aceleró en cuestión de segundos al escuchar aquel nombre.

—Pero si hacemos que él venga porque siente que debe cuidarte —Dijo Bae con una risa un tanto malvada.

—Bueno, yo no lo apoyo, pero será divertido —Tae sonrió, mientras yo seguía atrapado en una especie de transe, ese nombre... me resulta muy familiar.

—Está bien lo haré, que más da, es la única forma que se me ocurre de tratar de terminar bien la relación —Dijo con una sonrisa, agarró su celular que se encontraba en la mesa de la cocina y apretó el número de Jungkook.

Nada el chico no atendió, no obstante, Bae dijo que deberíamos esperar un rato para volver a llamarlo, y así hicieron, solo que esta vez, el chico atendió.

Kook, mi amor, yo te amo —Decía una y otra vez Mina mientras ponía el altavoz la llamada, me mantuve atento escuchando que respondería ese tal Kook.

—Dime dónde estás que yo voy —Respondió, una sonrisa se vio en el rostro de Mina.

Cuando ella corto la llamada, no dude en hablar.

—Bae, ¿Dónde se encuentra el baño? —Pregunté, el chico alzo el ceño, ¿Tan mal me veía?

—En el segundo piso, la tercera puerta, por cierto ¿Estás bien? Te encuentras pálido —Preguntó, negué con la cabeza y comencé a caminar por la multitud, veía un poco borroso, aunque tenga los lentes de contacto puesto.

Subí las escaleras sintiendo un aire caliente por todo mi cuerpo ¿Qué me estaba pasando? Al llegar golpeé la puerta, al ver que no había nadie entré, cerré la puerta y me miré al espejo.

Enserio me veía horrible, tenía ojeras debajo de los ojos cosa que segundos atrás no tenía, mi piel estaba demasiado blanca como un papel.

—Jimin ¿Te encentras bien? —Preguntó Tae golpeando la puerta, suspiré.

—Si, tranquilo estoy bien, en un rato salgo —mentí, obviamente me sentía pésimo.

Al lado del lavamanos se encontraba una botella de jabón liquido para lavarse las manos, mi corazón volvió acelerarse, agarré el jabón y lo puse en mis manos ¿Qué estaba haciendo? Era como si yo no estuviera actuando, como si alguien más estuviera dentro de mí.

Al mirar nuevamente al espejo pude ver como especie de un dibujo que yo mismo estaba haciendo en aquel lugar, al terminar el dibujo pude observar que se trataba de aquel chico, el mismo de la pintura. Mis ojos se abrieron de par en par y sentí como mi corazón quería salirse fuera de sí. Estaba dibujando al mismo chico, pero en donde estaba era en... ¡No puede ser! Estaba en aquella fiesta.

Automáticamente salé del baño corriendo, al intentar bajar las escaleras resbalé un escalón y caí, vaya suerte la mía.

—¡JIMIN! —Pegó un grito Tae, pero lo ignoré, me levanté lo más rápido posible y salí de la casa para el jardín ¿Cómo era posible que esté allí?

No había nadie en el jardín, pero había algo muy dentro de mí que me decía a donde ir, algo que no tenía explicación como todo lo que estaba pasando a mi alrededor.

—¡DIOS! —Grité mis ojos se encontraban nublados, tenia ganas de llorar ¿Por qué estaba sucediendo eso?

Corrí tanto como mis pies me lo permitían por la calle, las lagrimas ya estaban cayendo por mis mejillas. No es real, no puede ser cierto estuve dibujando a una persona que existe en la vida real y que yo nunca conocí en mi vida.

Automáticamente, a lo lejos, veo la entrada del metro ¿Estará allí? Me pregunté, continúo corriendo y cuando llego a la parte de las escaleras comienzo a bajarlas sin mucho cuidado, por lo cual casi caigo otra vez. Llego al suelo y comienzo a mirar a todos lados buscando algo, buscando a alguien, y allí lo veo.

Mi corazón late cada vez más rápido, las ganas de vomitar habían desaparecido y solo tenía ganas de llorar, lo estaba viendo, él era de verdad. Pude notar en su mirada lo mismo que yo sentía, sabia que él se encontraba igual de impresionado que yo... pero ¿Por qué?

Logré ver sus ojos y las lágrimas que caían por sus mejillas, sentía la necesidad de ir abrazarlo, pero no podía, había algo que no me lo permitía ¿El miedo? ¿El haber entrado en una especie de trance? Quién sabe.

Quería poder correr, pero no logré reaccionar lo suficientemente rápido, ya que el tren en el que él estaba se marchó, cerro sus puertas y me dejo con aquella imagen del chico al que yo dibujaba por las noches.