Capítulo 7 🧵

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Mantengo mí mirada firme, aunque el tren se haya ido, mi corazón seguía igual de acelerado, y todo lo que había pasado segundos antes, giraba por mi mente diciéndome una y otra vez que no era real. No podía ser real. Digo, haber pintado a un chico y que luego ver al mismo en persona no es muy normal que digamos.

Abre alucinado, me repito una y otra vez, esperaba que eso se así, aunque realmente, muy dentro de mí, sabía que no era así todo lo que había visto era real, aquel chico era real.

El nudo que se había formado en mi garganta me dolía, haciendo que comience a toser tanto que la respiración comenzaba a faltar. De repente, comencé a ser el centro de atención en el metro, las personas se me acercaron preocupadas, cuando yo lo único que necesitaba era aire.

Al ver que no paraba, las lágrimas seguían esparciéndose por mis mejillas, pedía por favor que terminara de una vez. Perdí el equilibrio y caí hacia uno de los escalones mientras me agarraba del barandal. Necesitaba que parara, necesitaba tranquilizarme, pero por más que lo intentara, no lograba en lo más mínimo.

—¿Jimin? —Escuché un susurro detrás de mí, que casi desaparecía al lado del zumbido que escuchaba.

Todo daba vueltas y más vueltas.

—Oye, Jimin, ¿Me escuchas? —Preguntó alguien, había comenzado a ver borroso, estaba a punto de desmayar—. Amigo, soy yo, Bae, reacciona.

Levanto un poco la vista y ahí lo veo él me sonríe de lado y susurra algo a alguien que yo no llego a escuchar, a mi derecha logre ver a Tae, quien se veía completamente pálido al ver la situación.

En menos de dos minutos alguien me tiende una botella de agua, bebo un poco y suspiro, me encontraba un poco mas calmado, y al ver que Tae se había tranquilizado me dio a entender de que seguramente el color haya regresado a mi piel. Veo como la gente se aleja y Tea me ayuda a levantarme, yo estaba allí presente, pero mi mente no, se encontraba repitiendo una y otra vez la misma escena de hace minutos antes.

Caminamos de regreso a la fiesta, sin embargo, solo quería volver allí para ver algo, el espejo del baño. Esperaba que lo que había dibujado minuto antes siguiera allí, pero eso no ocurrió.

Al entrar, me quedé estupefacto viendo aquel espejo, estaba limpio, y sin nada, como antes de que yo entrara al baño. ¿Qué estaba pasando? Me preguntaba sin cesar, todo volvió a dar vueltas.

Ya para, me repetía, y para mi suerte eso ocurrió. Pude suspirar y salir de aquel baño, encontrándome con Bae, quien me dijo que Tae fue hasta la cocina, el me dijo para ir, pero esta vez me negué, quería salir cuanto antes de aquel lugar.

Bajamos las escaleras y nos encaminamos a la salida de la casa, mi corazón estaba un poco acelerado aún, pero no le presté mucha atención a eso.

Al llegar al auto, sorpresivamente me encontré con Mina, quien por lo que vi estaba llorando, aunque intentando tapar su rostro con la capucha de una chaqueta que tenía puesta, miraba el cielo desde la ventana como si fuera lo mas interesante del mundo, al parecer la charla con el tal Jungkook no funcionó para nada.

No tardo mucho para que mi mejor amigo entrara al auto desde la parte del piloto, mientras Bae estaba de copiloto y Mina yo en la parte de atrás del vehículo.

Me mantuve quieto en mi lugar, mirando todo desde la ventana del coche, mientras suspiro, pasé todo el viaje así, quieto con la mirada en un punto fijo, como si no hubiera nada más interesante.

Primero llevamos a Mina a su casa, quien nos agradeció por todo y le pasó su número a Bae para que después si queríamos le habláramos. Luego el siguiente en bajar fui yo, y como era de esperarse, me gané mil preguntas de ¿Cómo te sientes? De parte de Tae.

—¿Seguro que quieres quedarte solo? —Preguntó por octava vez, asentí con la cabeza y oí su suspiro—. Está bien, pero si te pasa algo tú solo llama, no importa la hora.

—Si, tranquilo, Tae, no me pasará nada malo —Al decir eso recuerdo la pintura que tengo en la sala, le sonrío de la mejor manera que pude a Tae y le doy un beso en la mejilla, mientras también me despido de Bae.

—Hasta luego, amigo, avisa cualquier cosa —Dijo mientras se despedía y regresaba dentro del coche.

Tae demoró más que él no parecía convencido de dejarme solo, pero luego de unos minutos en los cuales pensó una y otra vez decidió hacerlo.

Al ver el coche alejarse, suspiro mientras me doy vuelta y observo mi casa, en cual entro, pensando una y otra vez en el cuadro, ¿Y si desapareció como el dibujo en el espejo? Había una parte de mí que quería que eso pasara, de volver a tener una vida normal, pero otra era bastante curiosa y quería saber que había detrás de dibujar a un chico que existe en la vida real.

Abro la puerta con la llave y miro hacia dentro, oscuridad y mas oscuridad. Cierro la puerta detrás de mí cuando entro y miro hacía todos lados buscando el cuadro, desapareció, o al menos eso pensaba.

Al ir a la sala veo que la pintura ya no se encontraba donde estaba antes, ahora estaba colgada en la pared, pero... yo nunca la colgué. Alguien había entrado a mi casa, pero no se había robado nada... solo colgó la pintura en la pared.

Camino hacia la cocina y agarro un cochillo, estaba la posibilidad de que esa persona siga en mi hogar así que la encontraría, ¿Y luego qué? En aquel momento siento que no estoy actuando como yo, es como si otra persona estuviera haciendo mis acciones.

Reviso toda la casa, pero nada... no había nadie más que yo. Me quedo en la sala, mirando la pintura, una lagrima resbala mi mejilla mientras veo el rostro de aquel chico ¿Y ahora? ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? Eran todas las preguntas que no tenían respuesta hasta el momento.

Hice algo que no tenia pensado hacer. Mantengo con firmeza el cuchillo que tenía entre mis manos y miro la pintura, tal vez si la rompo, esto no seguirá ocurriendo.

—¿Qué es lo que quieres? —Preguntó mirando el rostro en la pintura del chico, sabía que no me respondería y eso aumentaba cada vez más mi enojo.

—Acabaré con esto de una vez por todas —Y ahí me encontraba yo, rompiendo una pintura que había creado en menos de veinticuatro horas, y que era seguramente, la más real y mejor de todas.

No obstante, sentí un dolor en mi pecho, bastante para hacerme gritar y sentir como las lágrimas caían por mis ojos, ¿Qué estaba pasando? Veo como mi camisa negra se encuentra rota y por ahí un líquido rojizo comienza a salir siento que el dolor va creciendo ¿Qué hice?

Me acerco hacía la pared entre jadeos y recuesto la espalda allí, el dolor sigue igual de fuerte, y cada vez me pongo más débil. Busco mi teléfono, pero me doy cuenta que no lo traigo conmigo, con la mirada lo busco, aunque lo único que consigo es cansarme cada vez más.

Mis ojos se van cerrando, pero yo no quería eso, quería vivir. El cansancio se apoderaba de mí cada vez más, quería resistirme, aunque no lo logré. Cierro mis ojos lentamente, y pensé que no los volvería abrir nunca más, todo había acabado...







Hola... para los que están viendo mi historia disculpen no haber podido actualizar, se los compensaré. :)

EL HILO DEL DESTINO♥️ (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora