EL HILO DEL DESTINO♥️ (KOOKMIN)

Capítulo 1 🧵

Lentamente voy abriendo mis ojos, veo todo completamente borroso. Los recuerdos de la noche anterior inundan mi mente, apareciendo uno por uno delante de mí. Busco entre las cosas a mi alrededor algo, y cuando lo encuentro me lo pongo. Mi vista va regresando a la normalidad al colocarme los lentes, pero lo que realmente capta mi atención es la pintura que tengo delante de mí.

Es la pintura de un chico durmiendo, en ella se puede ver perfectamente el gran ventanal que deja apreciar la hermosa ciudad. Los colores que tiene son fríos, aunque aún así se ve bastante hermosa y bien hecha.

¿Esto lo hice yo? Me pregunté, aunque rápidamente veo el reloj de la pared y me alerto. Llego tarde a clases. Me levanto velozmente y corro por mi habitación hacia el armar, lo abro y agarro mi ropa que consiste en una camisa blanca holgada, pantalón negro y zapatos a juego con la camisa. Al tener las cosas necesarias fui lo más rápido posible al baño para darme una pequeña ducha.

Vivo con mis padres, aunque ellos se encuentran de viaje en este momento, por lo cual pude quedarme hasta altas horas de la madrugada pintando aquel cuadro.

Cuando el agua comenzó a caer por mi cuerpo desnudo, comencé a recordar lo que había sucedido anoche. Los recuerdos vinieron tan rápido uno por uno que me comenzó a doler la cabeza, todo daba vueltas a mi alrededor. Me agarré del lavamanos y me mantuve allí hasta que todo volvió a la normalidad.

Me quede hasta las tres dela mañana haciendo aquella pintura, ¿Significa algo para mi lo que dibujé? No, bueno, supongo. No obstante, había algo que si se me hacia familiar, era el rostro de aquel chico que dibujé, pero, aunque trate y trate recordar de dónde, no puedo, no lo recuerdo.

Termino de bañarme y salgo de la ducha, en unos minutos ya estoy vestido y volviendo a correr para llegar a clases en hora, aunque eso sea literalmente imposible, ya que seguramente ya hayan comenzado. Para mi mala suerte la primera materia que tendría en el día seria tendencias del diseño, y no me llevo muy bien que digamos con el profesor.

Agarro mi mochila mientras camino hacia la salida de la casa. Vivo en un distrito común y corriente de Busan, Dongnae, me queda a unas cuantas calles de la universidad por lo cual corriendo no llegaría nunca. Lo único bueno que me sucedió fue que apenas cruce el césped de mi casa y llegue a la parada, el autobús paso enseguida.

Buen comienzo del día, sin desayunar. Suspiro y me quedo mirando por la ventanilla que queda al lado del asiento que me senté. El sol esta reluciente en el cielo mientras corre un viento fresco.

Al llegar a la universidad, corro hacia adentro, ignorando el camino de arboles que hay a mi derecha e izquierda. La universidad es toda completamente blanca, menos el piso de los pasillos, no tiene ninguna ralladura en las paredes ya que hay cámaras de seguridad en todos lados.

Corro buscando mi clase, y al llegar escucho la voz del profesor pasando la puerta, llegue tarde. Dudo un momento si entrar o no, pero decido hacerlo, doy toques leves a la puerta y luego de unos minutos esta se abre dejando ver al profesor.

—Otra vez tarde, señor Park —Dice el profesor, suspiro—. Entra, pero que no vuela a pasar.

El profesor, un hombre de edad mayor y cabello castaño, me miro algo enojado, y lo entendía, una de las cosas que a él, menos le gustaba era que interrumpieran su clase, así que asentí sin decir ninguna palabra y caminé hacia mi asiento. A mi derecha se encontraba mi mejor amigo, Taehyung, él tiene el cabello morado y ojos marrones, a diferencia de mi que tengo el cabello rubio y ojos color miel, muy claros.

No me dijo nada en la clase, él es de prestar atención, y mas cuando se trata de esta materia, porque sabe que el mínimo que hable será expulsado de la clase. Guardo lo que utilizamos en mi mochila cuando la clase termina, y saco el teléfono que para mi suerte lo tenia ya dentro de la misma.

—Oye Minnie... — me habla Tae.

—Mmm—hago un sonido de pregunta.

—No contestaste ninguno de mis mensajes, ¿Dónde estabas? —Preguntó con curiosidad, no sonó a interrogatorio, sino que simplemente quería saber por qué había llegado tarde a clases.

—Me quedé dormido, tuve un inconveniente anoche. Perdona por no haberte respondido, Tae —Dije mientras me levantaba de mi asiento—. Necesito comer algo, no desayuné.

—Vamos a comer algo, yo también traje dinero —Sonrió mientras agarraba su mochila azul, asentí.

Caminamos por los pasillos de la universidad, la pintura de la mañana no salía de mi cabeza, cada vez quería pensar en otra cosa aparecía impidiéndomelo. ¿Quién era aquella persona que dibujé? Estaba la posibilidad de que sea una persona creada por mí, pero igualmente la sentía completamente familiar. Tae me agarro del hombro y me hizo voltear para que lo mire.

—¿Me estas escuchando? —Preguntó, yo asentí por unos segundos, aunque luego negué con la cabeza—. ¿Qué te pasa?

—Nada, solo... he tenido una mala noche, no pude dormir casi nada —Aseguré, y eso era una completa verdad, sentía los ojos cansados, pero debía mantenerme despierto de alguna u otra forma en clase. 

—Bueno, vamos a tomar un café —Tae no esperó a que yo le respondiera que ya me estaba llevando afuera de la universidad, para nuestra suerte la siguiente clase comenzaba en media hora—. Vamos.

Caminamos por donde había llegado, el camino de piedra y los árboles a nuestra derecha e izquierda, la verdad esa decoración le daba un toque bastante bonito a la entrada de la universidad.

Al llegar a la cafetería, ambos nos sentamos en la mesa junto al ventanal. El lugar se encontraba casi vacío, la mayoría de las personas que iban a esas horas de la mañana eran de la universidad, al mismo lado de nuestra mesa estaba un grupo de cuatro chicos de la clase charlando.

La mesera no tardó en hacer presencia y pedir la orden, ambos pedimos un café y una tarta de chocolate. Luego de unos minutos regresó con lo que pedimos, estábamos en un silencio cómodo, aunque yo no este tranquilo realmente. Mi mente iba al reloj que estaba colgado en la pared que decía que faltaban 15 minutos para volver a la siguiente clase, y a la pintura de aquel chico.

—¿Me vas a decir qué te sucede? —Preguntó Tae bebiendo un poco de café, lo miré de reojo mientras seguía con mi atención en el reloj.