Las semanas transcurrían sin que Paulo y Leandro volvieran a interactuar públicamente ni en privado. Mientras Leandro se dedicaba intensamente a su entrenamiento para la próxima temporada con la Roma, realizando jornadas dobles en la cancha y en el gimnasio para mejorar su fuerza y resistencia, Paulo se encontraba fuera de Italia, visitando a su familia y amigos en Córdoba y gestionando algunas publicidades pendientes con marcas argentinas.
En casa de sus padres, donde antes vivía, Paulo experimentaba la nostalgia del clima frío de Italia, contrastando con el intenso calor de la primavera argentina. Extrañando esa sensación, decidió reunirse con amigos para disfrutar de una tarde y compartir un asado.
Al sonar el timbre, anticipó la llegada de sus amigos: Joaquín, Álvaro y Marcos, este último siendo su inseparable amigo desde la infancia, cuando se conocieron a los cuatro años en el jardín de infantes. Con Álvaro y Joaquín, en cambio, estableció amistad durante la secundaria.
Todos se dirigieron directo al living para dejar sus bolsos y luego a la cocina para depositar las bebidas y carne que disfrutarían esa noche en el asado. Mientras charlaban y disfrutaban de la música de fondo, Álvaro, Joaquín y Marcos compartían detalles de sus vidas. Aunque los tres amigos que vivían en Argentina se veían con regularidad, Paulo, el único en el extranjero, siempre se aseguraba de regresar para visitar a sus amigos.
Disfrutando del sol y la pileta, compartían mate y seguían con sus conversaciones. En un momento, notó que sus tres amigos se miraban intensamente, como si esperaran que alguno diera el primer paso. Paulo, intrigado, habló:
—¿Qué tanto se miran ustedes, eh? Cuéntenme—
Álvaro, tomando la iniciativa al saber que ninguno de los otros dos hablaría, soltó:
—Queríamos saber qué onda con el futbolista—
Paulo, con solo mencionarle al atractivo hombre, sintió cómo sus mejillas se tornaban carmesí.
—¿Te pusiste así solo con eso? —bromeó Joaquín.
—No sean metiches —respondió Paulo intentando parecer tranquilo.
—No somos metiches, es un chisme de clase mundial, Paulo. Solo decimos lo que vimos en internet —explicó Álvaro.
Paulo rodó los ojos mientras reía, luego aclaró que no había pasado nada más allá de los comentarios públicos que se habían visto, y que él y Leandro no habían vuelto a tener contacto.
—Mejor —dijo secamente Marcos, desconcertando a los otros tres. —Los futbolistas siempre son mujeriegos, Paulo. A la primera oportunidad, te ponen los cuernos —afirmó como si nada.
—No seas tan negativo, Marcos —intervino Joaquín. —Parece que estás celoso de que Leandro le hable a Paulo. Igual te entiendo, todos queremos que Leandro nos dé bola. Está más bueno que tomar fernet con este calorón—
—Es que sí, juega en Europa, gana millonadas de plata al mes, es atractivo, tiene ojos azules. ¿Qué más quieren? —agregó Álvaro entre risas.
—Bueno, bueno, me voy a calentar más agua y traigo mi celu para poner música. Me harté de la música que pone Marcos y de Emilia Mernes, la re quemaste—comentó entre risas.
—Ey, está re piola la música de Emi —se defendió ante el comentario de su amigo.
—Aguante Trueno —respondió antes de dirigirse al interior de la casa.
(...)
La tarde cayó, y los hombres se dispusieron a preparar todo para el asado. Como de costumbre, Paulo se encargaría de cocinar, mientras sus amigos disfrutaban de fernet y jugaban al FIFA, llevando incluso la Play afuera para no dejarlo solo. Al verlos salir con cables, controles y la televisión, Paulo solo rogó que nada se rompiera, advirtiéndoles que les haría pagar si algo sucedía.
Mientras cocinaba, un flash repentino apareció a sus espaldas, provocando risas por doquier entre sus amigos.
—¿En qué andan, manga de guampas? —rió al tiempo que colocaba las brasas bajo la parrilla.
—Ey, saliste re fachero, con esto conquistas a Leandro —bromeó Joaquín, causando que Álvaro escupiera parte de su fernet por la risa.
—No mojen la Play, la concha de su madre, se las hago pagar —advirtió fuerte Paulo.
—Pero no, no tenemos quince, Paulito, la vamos a cuidar —comentó esta vez Marcos, siempre el más tranquilo hasta que le daban unos cuantos vasos de fernet y birra.
Paulo se acercó para ver la foto, y sus amigos tenían razón. En la imagen, él estaba de espaldas, con el torso descubierto, mostrando algunos tatuajes pequeños, lunares y cicatrices. Destacaba su tatuaje en la espalda baja, expuesto por la malla que llevaba, siendo uno de sus favoritos. También se podían apreciar sus musculados brazos y gotas de sudor descendiendo por ellos debido al calor y la parrilla.
—Pasame la foto, porfa —pidió.
—Al toque, mi Rey —contestó Álvaro.
Segundos después, la foto llegó a su celular. Paulo la descargó y la subió a su historia de Instagram, esperando una reacción o respuesta de Leandro.
El asado estaba listo, terminaron de poner la mesa, y Paulo sirvió la comida. Mientras charlaban y boludeaban como siempre, una notificación sonó en el celular de Paulo. Mientras sus amigos continuaban riendo, él revisó el mensaje, casi muriéndose cuando vio el nombre de Leandro y la cuenta verificada.
"@leandroparedes20 ha enviado un nuevo mensaje"
"Qué lindo tatuaje, cómo me gustaría verlo desde otro ángulo 😉"
Un ataque de tos alertó a sus amigos, quienes pensaron que se ahogaba.
—Ey, Paulo, ¿estás bien? —preguntó Marcos, viendo si su amigo necesitaba algo. Paulo asintió, indicando que todo estaba bien.
Tomó su teléfono y lo mostró con la barra de notificaciones desplegada, revelando el mensaje del futbolista. Sus amigos estaban en shock.
—¡¿QUÉ?! —gritaron al unísono los tres, mientras Paulo se recuperaba de su ataque de tos.
—Paulo, te tiene ganas, fijo, encará —dijo Joaquín.
—No seas ridículo, no lo voy a encarar si no lo conozco, encima ni un hola manda, me quiere solo para garchar, no tengo dudas —respondió Paulo.
—Aprovechá, aunque sea eso —insistió Joaquín.
—Sabes bien que no me gusta andar como una cualquiera, tampoco lo voy a hacer en esta situación —afirmó Paulo.
—Amargado... —murmuró Álvaro en un tono bajo.
—¡Te escuché! —respondió Paulo.
Holaaaa les dejo un nuevo cap ❤️
espero que les guste mucho, cualquier sugerencia/ crítica constructiva es bienvenida. Nos leemos en un próximo capítulo.—Nabi 💋💌
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Entre likes y comentarios || Leandro Paredes x Paulo Dybala
FanficEn un mundo donde las redes sociales dictan el pulso de la fama, el exitoso futbolista argentino Leandro Paredes desata un torbellino digital al comentar en la cuenta del influencer Paulo Dybala. Lo que comienza como un simple gesto desencadena una...