Capítulo 7: Lluvia, café y besos.

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Los días habían pasado y Paulo continuaba con su vida normal al igual que Leandro, cada uno por su propio lado y tranquilos.
Ese día llovía a más no poder, al punto de que Paulo y Leandro tuvieron que cancelar su salida a una cafetería a la que ambos estaban con ganas de ir, pero al ser al aire libre no se pudo.

Ambos hablaban por llamada mientras Paulo acomodaba algunas cosas en su casa, en eso suena el timbre. El cordobés estaba confundido, luego de finalizar la llamada fue directo a atender la puerta, era raro que alguien fuera, primero porque no paraba de llover y segundo que él no esperaba a nadie ese día.
Al abrir la puerta se topó con un repartidor y quedó aún más extrañado por la situación, Paulo en italiano explicó que él no había pedido nada, a lo que el cadete aseguraba que tenía la dirección de su casa.

—Debe ser un error, yo no he pedido nada—

—Oh, no es un error— aseguró el contrario. —Tengo un pedido para Paulo Dybala, y estoy muy seguro de que eres tú— respondió con obviedad pero sin dejar de ser amable.

Paulo sin más aceptó el pedido y para su sorpresa este ya estaba pagado. Entró a su casa nuevamente y fue camino a la cocina para poder dejar las cosas sobre la mesada, debía admitir que tenía buen aroma lo que sea que estuviera dentro de la caja, al abrirla quedó sorprendido.
Dos cafés, medialunas, facturas y un pequeño papel del cual Paulo asumió que era la factura, muy equivocado estaba.

Ya que no pudimos salir a merendar la merienda va a vos, espero que te guste.
—Lea.

Por milésima vez desde que había empezado a hablar más seguido con el jugador los cachetes de Paulo estaban al rojo vivo, desde el primer segundo Leandro estaba siendo atento con él, y no podía mentir, le encantaba eso.
Con cuidado tomó su celular y le sacó una foto a todo el contenido de la caja y la pequeña nota para mostrarle a sus amigos, ellos eran así, si uno sabía algo los otros también. Posteriormente le envió mensaje al de ojos azules.

Paulo:
Me acaba de llegar la merienda, el pobre chico debe haber pensado que estaba loco, yo no pedí nada y él decía que era mío, juro que no entendía nada en ese momento.
Gracias por esto, ya el olor me dice que está bueno.
Y a la próxima invito yo, no importa que digas.

Lea Paredes:
Me alegra saber que llegó todo en orden, espero que te gusten.
Solo por esta vez te dejo que la próxima pagues vos, después sigo yo.

Paulo:
Mmm.... Bueno, voy a fingir como que no leí lo último.
Igualmente dos tazas de café es mucho para mi. ¿Querés venir? Vemos alguna peli o algo del estilo.

Paulo dudaba que el contrario accediera por el clima de mierda que había afuera, a demás de que ese día el mayor había entrenado con su equipo y seguro estaba cansado, pero para su sorpresa este aceptó.

Lea Paredes:
Me salió bien la de las dos tazas de café. Nos vemos en un rato Pau.

Y sin más Leandro se desconectó dejando a Paulo con ganas de darse la frente con la pared y nervioso, lo había hecho a propósito para que lo invitara, que hijo de puta astuto.

—Que astuto el hijo de puta— soltó al aire con una pequeña risa.

Paulo:
Bien jugado, lo admito.

(...)

Los minutos pasaban mientras Paulo preparaba todo para la llegada de Leandro. El sonido de la lluvia afuera creaba un ambiente acogedor. Cuando Leandro finalmente llegó, ambos disfrutaron de la merienda improvisada y compartieron risas frente a la pantalla.

La lluvia, lejos de ser un obstáculo, se convirtió en el telón de fondo perfecto para una tarde que prometía ser memorable. Entre sorbos de café y charlas, Paulo se dio cuenta de que la lluvia no solo había cancelado su plan original, sino que también le había regalado un momento inesperado y especial con Leandro.
La complicidad entre ambos se fortalecía con cada palabra compartida, creando la certeza de que esta amistad iba a terminar en algo diferente.
Así, en medio de risas y complicidad, Paulo agradeció internamente por aquel giro inesperado que la lluvia les había brindado.

Entre likes y comentarios || Leandro Paredes x Paulo Dybala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora