parte 4

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Harry pasó por Louis tal como se lo prometió, y caminaron hasta un lugar que estaba cerca del muelle.

- Nunca había venido por estos lugares. - comentó Louis, un poco nervioso.- Se ve tan pacífico.

Harry alza un poco sus comisuras y esconde sus manos en el bolsillo del pantalón. Su cabello atado se desarmaba un poco por la brisa nocturna.

- ¿Cómo es que no has venido a este lugar tan bello?

Louis suspira.

- Casi no salgo. - murmura.- Sólo estoy en casa con mi novio, luego al trabajo, y así sucesivamente.

¿Novio? ¿Louis tenía novio? Los pensamientos de Harry pararon un momento y su semblante se volvió serio.

- Novio...

- Oh si, no lo había comentado porque no sabía que tan importante sea, de todos modos no quiero aburrirte con mis problemas....

El cerebro de Harry hizo click y su rostro mostró algo de remordimiento. Paró en seco y miró fijamente a Louis.

- ¿Tu novio te hace esto, Louis? - lleva su mano a la suave mejilla del menor, donde tenía un invisible hematoma.

El miedo cruzó su rostro, pero lo negó.

- Cómo crees...

- Se que piensas que soy un extraño...- balbucea. - Pero puedes confiar en mi.

Louis asintió sintiéndose a gusto y siguieron caminando. Se sentía tan bien ahora mismo que no quería volver a casa, no sentía la necesidad.

Pasaron al rededor de casi dos horas, la compañía de Harry era reconfortante, no quería ir más allá de sus pensamientos pero de alguna manera le ponía contento estar con él.

Como todo buen momento, no duraría para siempre. Harry había tomado la decisión de acompañar al menor hasta casa pero éste se había negado, por lo tanto quedaron en despedirse unas cuadras antes.

- La pasé bien, Harry. Gracias por esto. - sonríe ampliamente.

La mirada del mayor baja a su dulce sonrisa y mordió su labio inferior.

- Cuando quieras podemos repetirlo. - se da cuenta de lo que dijo y nervioso se retracta. - Di-digo, podemos salir cuando quieras...

Louis suelta una risita.

- Entiendo. Bueno, es hora de irme.

- Que tengas una buena noche. - se acerca y deja un beso en su mejilla velozmente.

Los ojos añiles del menor se abrieron de par en par cuando vio a Finn que venía a toda velocidad detrás de Harry.

-¡¿Louis?! - a lo lejos gritaba. Harry se dio la vuelta y vio como aquel monstruoso rubio se acercaba. - ¿Con quien carajos estás?

- ¿Quién eres tú? - pregunta con el ceño fruncido.

- Aléjate de mi novio, maldito.

Ya entendió. Era el imbecil que golpeaba a Louis, porque aunque el se lo negara en la cara era muy bueno para descifrar cosas.

- No hace falta que te pongas así, soy un amigo de Louis.- Harry estira su mano para estrecharla con la de Finn pero le niega rotundamente, al contrario tomó a Louis del brazo y se lo llevó arrastrándolo.

- ¡El único amigo que puedes tener, soy yo! - grita mientras lo samarrea.

- S-si Finn, perdóname...

Louis mira a Harry suplicante, le pedia con tan solo una mirada que se vaya, y si no se iba Finn era capaz de cualquier cosa.

- Louis no te dejaré solo con este monstruo. - se acerca.- Por favor, ¿ésta es la vida que llevas?

- Véte, Harry. - balbucea. - Por favor.

- ¡Véte imbécil!

No sabe que hacer, está contra la espada y la pared. Pero Louis lo mira con esos ojitos y es como si le hablara a través de ellos, entonces confía, confía en que él podrá con esto.

Se va, se aleja por completo de la calle y se pierde en la esquina, dejando al chico que le gustaba con su horrible novio.

Me Salvaste (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora