parte 7

52 2 0
                                    

La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos. Harry se portaba muy lindo con él, y lo entendía. Se sentía comprendido y aceptado.

La casa era muy grande y logró adaptarse y ponerse cómodo muy rápido. Por lo que había entendido los padres de Harry viajaban mucho, regresaban una semana por vez y volvían a irse, y su nana era la que estaba siempre, sus padres eran sus padres, claramente, pero ella estaba siempre ahí.

Comía como los dioses y dormía muy agusto. El rizado respetaba su espacio y aún dormía en el suelo para no incomodarlo, aunque se moría de ganas por decirle que no era necesario y que aceptaba que durmiese con él. Lo quería con él.

- Buenos días, Louis.

Alice lo saludó apenas lo vio entrar a la cocina.

- Buenos días, Alice.

- Pensé que Harry estaba contigo. - dejó las frutas que cortaba a un lado.

- ¿Cómo? yo me desperté y no estaba conmigo. - por un momento se sonrojó y re retractó. - Digo, no estaba en su sitio, creí verlo aquí.

- No, cariño.- la mujer suspiró. - Seguramente él se encuentre en la universidad, creí haberle escuchado que necesitaba un libro.

Louis suspiró aliviado.

- Tienes razón, Alice. Me lo comentó anoche.

Ella sonrió y le sirvió el desayuno a Louis. Él le sonrió en manera de agradecimiento.

- Bueno, he dejado todo listo. - agarró su bolso y tomó su abrigo de lana. - Nos vemos el lunes querido. Dile a Harry que dejé la cena en el refrigerador.

Bien, ahora estaba solo. El fin de semana anterior era igual al de ahora, Alice se tomaba su descanso y volvía el lunes. Mientras tanto ellos se quedaban en casa y aprovechaban para hacer cualquier tontería.

Aprovechó para poner en condiciones la habitación y acomodar un poco la ropa tirada de Harry. Levantó el campamento del suelo y trató de esconder todo el armario para darle una señal un poco indirecta para que durmiera con él.

Cuando terminó se tiró en el sofá y prendió la televisión. Ya había hecho de todo y se sentía aburrido. Incluso ya era la hora del almuerzo y Harry aún no aparecía, ni siquiera le contestaba el teléfono.

- Hola, Harry...umm yo llamaba para saber si vendrías, ya sabes, me desperté y no te encontré. - sonríe un poco.- Alice me dijo que estabas en la universidad pero creo que ya se ha hecho un podo tarde, ¿no crees? Llámame en cuanto te desocupes.

tiró el teléfono en algún lado del sofá pero al cabo de diez minutos volvió a tomarlo para llamar nuevamente.

- Hazz, me estás preocupando...- cerró un momento los ojos.- Joder Harry, en serio estoy muy preocupado. Cuando vengas a casa hablaremos un poco sobre porqué no deber de tener el celular apagado cuando sales.

Almorzó solo, solo y enojado, y además de enojado, muy preocupado.

Unos toques en la puerta interrumpieron su sesión de dibujos animados. Frunció el ceño y se levantó a abrir rápidamente.

- ¡Harry!

El rizado estaba frente a la puerta con un ramo de peonias azules, su sonrisa resaltaba aquel bello rostro blanquecino.

- Disculpa la demora, juro que conseguir estas peonias no es para nada fácil. - bromeó. - Son para tí, es lo mínimo que puedes merecer.

- Dios santo, son hermosas Harry.

Se avalanchó sobre los brazos de Harry, abrazándolo.

- Aún así estoy enojado, no puedes andar por la vida con el celular apagado. Pudo haberte pasado alg...

El rizado tiró de él aún con su espléndida sonrisa plantando un ansioso beso, dejando fluir la tensión fuera de su cuerpo.

- Por dios cómo pude aguantarme tanto tiempo sin robarte un solo maldito beso.

La alegría de Louis se extendió por su cuerpo relajando sus músculos, sus manos acariciaban lentamente la nuca de Harry.

- Harry...

- No digas nada. Solo quiero que sepas que estoy muy enamorado de ti, cada esfuerzo por salvarte ha valido la pena para tenerte aquí conmigo.

- Yo también estoy muy enamorado de ti, no tengo palabras suficientes para agradecerte todo lo que hiciste.

Sus ojos brillantes transmitían por primera vez seguridad, se sentía libre y por supuesto la felicidad que tenía le brotaba por los poros.

- No quiero arruinar este momento de felicidad, pero quiero cerrar este ciclo de mi vida para empezar desde cero contigo. No quiero arruinarlo, no quiero que queden cabos sueltos, Hazz.

- Lo se, eso lo arreglaremos luego. - deslizó una sonrisa.- Porque primero voy a compensar mi tiempo perdido.

Louis dio un respingo por unas enormes manos que posaron sobre sus nalgas, sonrió y mordisqueo su labio inferior.

- Que esperas...

Me Salvaste (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora