Me Salvaste (l.s)

parte 10 - final

Despertó más feliz que nunca. Desperezó su cuerpo en toda la cama, sonrió cuando sintió la voz de su novio resonar en toda la casa, seguramente dirigiendole a Alice todo lo que tenía que hacer.

Los padres de Harry llegaban hoy y él tenía que estar perfecto, hoy se conocerían por primera vez en persona y se presentaría como el novio oficial de Harry.

No estaba tan nervioso puesto que ellos ya habían hablado en video llamada un par de veces, Harry se había encargado de hacerlo todo perfecto para acortar cualquier tipo de tensión.

Cuando estuvo listo bajó y terminó de ayudar con unas cosas que habían quedado pendientes. Los amigos de Harry también vendrían, y eso le servía un poco de ayuda para desviar el nerviosismo de su sistema.

- ¡Querido! - la apuesta mujer de cabello negro fue en su dirección para abrazarlo. - Harry, que novio tan guapetón.

- Que feliz estoy por mi hijo. - su suegro lo abrazó cálidamente y le pegó un apretón.

Compartieron un almuerzo divertido lleno de risas, y las anécdotas de parte de sus suegros no pudieron faltar.

Se sentía en casa. El hogar que nunca tuvo.

Liam, uno de los amigos de Harry, hizo sonar la copa con un tenedor atrayendo la atención de todos.

- Quiero proponer un pequeño brindis en éste día, por la felicidad de mi amigo y mi otro nuevo amigo, Louis.

- ¡Salud, por mi yerno!

Louis miró a Harry sonreír y para él eso fue todo, su corazón le explotaba de amor.

Lo tomó desprevenido por el cuello y lo besó. Se fusionaron en un ardiente y dulce beso, se olvidaron del resto y volvieron a la tierra cuando Niall golpeó amigablemente la espalda del rizado.

- Te amo con todo mi corazón, hermoso.

El día terminó y muertos del sueño se tiraron en la grande cama. Harry acostado y sobre él Louis, con su brazo escondido en el cuello del rizado.

- Creo que les agradé.

- Cómo no les vas a agradar, si eres la persona más dulce y suave de este mundo.

Sonríen y se miran fijamente el uno al otro.

- Te amo tanto, Hazz. - bajó su mano desde el cuello hasta su pecho, y la apoyó donde latía el corazón del rizado.- Estoy tan feliz de que la vida te haya puesto en mi camino.

- Te amo yo a ti, por siempre y para siempre, Lou.