Me Salvaste (l.s)

parte 3

Era medianoche, totalmente solo acostado en la cama preocupado porque Finn aún no regresaba. Se levantó para tomar un vaso de agua en lo que su novio entró, su entrada fue algo bruta pero sorprendente porque traía una botella de champaña en la mano.

Estaba cuerdo al parecer.

- Cariño.- llama a a Louis. Se acercó un poco y dejó un beso en sus labios.

- Finn me tenias preocupado. - suspira.

- Brindemos. - estaba feliz, su tono era otro.- Trae dos copas.

- ¿Qué te tiene así? - pregunta el menor y apoya dos copas en la mesa.

El rubio rodea los ojos y bufa.

- ¿Acaso no puedo tener un momento romántico con mi lindo chico?

Louis deja caer los hombros y se deja llevar por el momento, algo extraño por cierto.

Finn había bebido una copa de champán el día que se conocieron, pero esta había sido la primera vez que realmente bebía alcohol con Louis.

- ¿Cómo ha ido todo últimamente?

- Bien, todo está saliendo bien en el trabajo. - Louis bebe un poco. - No es como si tuviera algo más que hacer.

En su mente viene la imagen de Harry y se arrepiente porque está pasando un buen momento con su ,ahora atento y, maltratador novio.

- Bueno, como si supieras hacer algo después de todo. - ríe, pero Louis no le presta atención.

Pasada la noche Finn tomó demasiado, él mismo había acabado la botella. Preocupado por su repentino comportamiento, el menor decidió cuidar con cualquier palabra que pueda salir de su boca.

- Así que...me alegro que esté yendo bien todo. Siempre puedes contar conmigo Louis, lo que sea. - carraspea.- Soy el único que puede entenderte, soy y siempre seré tu único amigo. Lo único que tienes en tu vida, estás solo en este mundo.

- Quizás tengo un amigo...- murmura.- Quizás no es casi un amigo pero...

Finn se sobresalta.

- ¿Cómo dijiste?... - arrastra las palabras y se acerca, se acerca demasiado.

- Que tengo un amig...- no termina de hablar y el rubio planta con todas sus fuerzas la palma de su mano sobre la mejilla de Louis, dejándolo confundido.

- Finn...- se aleja con la mano en su cara y las lágrimas no empezaron a salir.

Estaba completamente borracho y perdió el control. Tiró un adorno de madera que tenía en la mesita mientras le gritaba y lo insultaba. Debería haberse marchado, pero sentía que no podía. No quería creer que este era realmente él: era el alcohol u otra cosa.

- ¡No puedes tener a nadie más que no sea yo! ¿Entiendes? - sus gritos resonaban en las paredes y Louis solo podía recibir cada golpe en su pequeña y tierna cara.

No lo entendía. ¿Qué hacía para merecer esto?

Con normalidad fue a trabajar, con la diferencia que su rostro estaba más marcado de lo normal. Hematoma en su ojo izquierdo, la mejilla morada y ambos brazos marcados.

Aprovechaba cualquier momento a solas para llorar. Se volvió una pregunta diaria; ¿Qué hará hoy? la ansiedad le provocaba un nudo en el estómago.

- ¡Buen día, Louis!

Levantó su mirada llena de lágrimas y es como si un sol hubiera iluminado un día gris.

Harry estaba parado allí con su canasto de compras, pero aún Louis no le respondía el saludo.

- Harry... ¿todo bien?, te has perdido por unos días.

El rizado mira a Louis y su mirada desvanece cuando ve sus heridas.

- ¿Louis que te ha pasado? - deja a un lado su canasto y lo mira. - Me pierdo unos días y te encuentro así.

- Cómo si me conocieras o algo así. - suspira. - Sólo eres un cliente común y corriente.

- ¡Oye! Pero soy el único cliente que viene a contarte chistes. - se ríe.- Puedes contármelo todo si quieres, aunque si no quieres hablar del tema podemos hacer otra cosa como caminar o lo que prefieras...

Un amigo. Tendría un amigo por primera vez.

Cabizbajo con su mirada agachada en la caja registradora se animó.

- Cierro a las nueve. - susurra.

- Vendré por ti a las nueve.