Capítulo 03

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Mark se puso rígido al despertar y encontrarse tendido boca abajo sobre el frío suelo de mármol. Desnudo. Avergonzado. Aterrorizado.

Se incorporó ligeramente e intentó cubrirse con las manos, pero le faltaban extremidades para hacerlo. Y, por si eso no fuera suficientemente malo, era más que consciente del par de botas negras masculinas de las que no podía apartar los ojos. En su mayor parte, porque no quería mirar a ese hombre, quién quiera que fuese, directamente a los ojos después de que lo hubiera visto completamente desnudo.

Lo invadió el calor y quería arrastrarse hasta un agujero, uno que con suerte tuviera ropa dentro, y esconderse.

Maldiciendo de tan mala manera que lo hizo respingar, el hombre se arrodilló. Se tensó, esperando lo peor y se preparó para luchar hasta la muerte.

Pero no lo tocó.

En vez de eso, se pinchó el dedo con un pequeño cuchillo y la sangre de la yema del dedo se tejió a su alrededor formando una capa cálida de color carmesí que lo cubrió totalmente. Y aún así no le miró. No podía mirarle estando tan avergonzado.

—Eso no era necesario —gruñó con ese tono profundamente masculino que recientemente había aprendido a reconocer como perteneciente a Neo.

Su voz retumbaba como un trueno airado. Fue Peak quien le contestó.

—Es nuestra ofrenda para mostrarte nuestro agradecimiento por tu lealtad.

Completamente cubierto y con cierta semblanza de dignidad, Mark se levantó y se encontró con que Neo miraba airadamente a Peak, que estaba en el rincón al lado de la puerta. El maligno dios parecía completamente satisfecho de sí mismo.

Sonrió malévolamente hacia Mark y lo señaló.

—Es tu esclavo.

Mark jadeó con la revelación aunque Neo no dijo nada.

—He bloqueado sus poderes y te lo entrego —continuó Peak—. Haz con él lo que quieras. Aunque debes saber que es uno de los Oneroi y amigo de los Dolophoni que odias tanto... los que te han estado torturando durante siglos. Le he devuelto todas las emociones para que pueda complacerte de la forma que desees.

Comenzó a salir pero se detuvo.

—Ah, probablemente querrás saber que es uno de los dioses favoritos de Zeus. Me han dicho que lo valora enormemente.

Mark abrió la boca para negarlo, pero no le salió ni una palabra. Peak había bloqueado su voz.

¡Si tuviera sus poderes durante un segundo...! Y un minuto a solas con ese perro tramposo.

Con aire engreído, Peak se desvaneció en una nube de humo azul.

Neo miró su nuevo "regalo" con la intención de devolverlo a Peak de inmediato, pero en el momento en que sus miradas se encontraron, se quedó de piedra.

El pelo rubio y ondulado, contrastaba agudamente con la capa roja que había creado para él. Pero eran sus ojos los que le mantenían prisionero. De un castaño verdoso, le mostraban un miedo intenso que él, siendo una Dream-Hunter, no debería ser capaz de experimentar. Y más aún, le mostraban su espíritu y su voluntad de luchar. Estaba tenso de controlarse aunque sabía que no tenía ni una oportunidad si se enfrentaba contra él. El hecho de que estuviese dispuesto a luchar de todas formas decía mucho de él.

Era menudo, con la cara tersa como la porcelana, los pómulos altos y un pequeño pico de viuda. Se parecía tanto a un Dream Hunter que había conocido que no pudo evitar preguntarle.

—¿Fluke?

Frunció el ceño.

—Me llamo Mark.

Mark...

˗ˏˋ 18 NeoMark ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora