Capítulo 13

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Mark posó la mano en la cara de Neo, dejando que su bigote le acariciara la palma de la mano, mientras que con el pulgar acariciaba sus labios.

—¿Tienes idea de cuánto significas para mí?

Neo tragó ante la pregunta. Esperaba que la respuesta expresara al menos lo que sentía por él. De lo contrario todo se iría a la mierda.

—No.

Mark cogió sus manos entre las suyas.

—Más de lo que cualquier palabra pueda expresar.

Esas silabas seguían sonando en sus oídos cuando Mark utilizó sus poderes para disolver sus ropas. Totalmente desnudo, le llevó su mano al pecho.

—Hazme el amor, Neo. Muéstrame lo que puedo experimentar con todas mis emociones intactas.

Su cuerpo entero reaccionó inmediatamente a su petición mientras que su voz interior gritaba de satisfacción.

—¿Estás seguro?

—Absolutamente.

Hizo desaparecer también sus ropas, antes incluso de que él tuviera una ocasión de pensar en ello.

Neo se dejó caer sobre la cama con Mark fuertemente recogido en sus brazos. ¡Ah! La sensación del terciopelo de su piel contra la suya...

Sí muriera ahora mismo, no podía pensar en una despedida mejor.

Sus labios se encontraron mientras inhalaba el cálido aroma de su cuerpo. Había pasado una eternidad solo. Pero de alguna manera, tocarlo aliviaba su pasado. Era como si lo conociera desde siempre. Como si no pudiera imaginarse un mundo sin Mark.

No quería alejarse de él nunca. Si pudiera tener al menos ese sueño.

Mark tembló ante su dureza cuando se presionó contra él. Tenía el cuerpo marcado con músculos tensos. Duros y suaves. Le sentía tan increíblemente bien encima. Se deleitó pasándole las manos por la espalda hasta la delgada cintura y las prietas caderas. Aunque era mucho más grande que él, encajaban perfectamente, su pelo blanco y suave le caía sobre la cara.

Hundió las manos en su cabello, echándole hacia atrás mientras sus lenguas bailaban.

Estaba tan hambriento de sus besos que casi temió que lo devorara. Cerró las piernas sobre sus caderas, acunándole con su cuerpo. Sintió que los escalofríos lo recorrían cuando Neo dejó un rastro caliente de besos desde el cuello hasta la oreja.

Mark jadeó ante la sensación de su lengua trazando espirales en el lóbulo de la oreja. Debería sentirse vulnerable y expuesto, pero no. Todo lo que podía sentir era a Neo. Quería poseerle y quedarse con él para siempre.

Su amor por Neo quemaba su corazón al rojo vivo, extendiéndose a cada centímetro de su cuerpo. Sólo Mark conocía esa faceta suya. Sólo él veía esa parte de Neo que era amable y generosa.

Para el resto del mundo era brutal, pero para él era dócil y dulce.

Casi se rió ante la idea de que era dulce. Pero era cierto. En lo que a él concernía, lo era. Y lo hacía preguntarse cómo sería con un hijo propio.

Podía imaginárselo perfectamente.

Quería ser el que le diera ese legado y la paz. Abrazarle fuerte, lejos del mundo que pudiera perjudicarle. No quería que luchara más. Había tenido más que suficiente. Quería mostrarle un mundo de confianza y amabilidad. Un mundo en el que nadie le dañara o traicionara. Otra vez.

—Quédate conmigo, Neo —le susurró al oído.

—Mientras me abraces así, no voy a ir a ninguna parte.

˗ˏˋ 18 NeoMark ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora