15. No sé qué decirte, Valen.

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-¿Hay alguien en tu casa? -le pregunto, haciendo referencia a su madre.

Nos encontramos frente a la puerta de la casa de Valentin y él, saca las llaves de su mochila.

-No creo, mi mamá ya debe haberse ido a trabajar -me responde. Entonces, siento que puedo relajarme. Valen abre la puerta y un perro me salta, casi que toca mi rostro.

-¡Putamadre! ¿Por qué no me dijiste que tenés un cachorrito? -le pregunto. Segundos después de adentrarnos al pasillo, me agacho para acariciar al animal.

-Porque no tengo -dice y tira las llaves sobre la mesa. -Es de mi tía, nos la dejó para que se la cuidemos mientras está de viaje -explica. -Bancame que voy a buscar la billetera, me cambio los pantalones y nos vamos -me dice. Asiento con la cabeza y me pongo a jugar con el caniche marrón.

-¡Valen! ¡¿Cómo se llama la perrita?! -grito desde el pasillo. -¡Qué hermosa que sos! ¡Todavía sos una bebé, ¿no?! -exclamo en dirección al animal.

-Se llama crema -una voz femenina me sobresalta. Inmediatamente, me levanto del suelo y me doy la vuelta para encontrarme con la mamá de Valentin.

-¡Hola! -grito. Sin pensarlo, me cubro la boca con una mano al darme cuenta del tono de mi voz -¡Perdón! Perdón, -carraspeo un poco la garganta -hola. Soy Autumn, amiga de Valentin -le digo. Le estrecho la mano y ella, en vez de copiar mis movimientos, se acerca a mí para saludarme con un beso.

-Yo soy Mercedes, la mamá de Valen -me sonríe.

Justo en el momento en el que estoy por decir algo, Valentin llega al escenario.

-¡Ma! ¿Qué haces acá? ¿No deberías estar yendo al laburo? -le cuestiona, para luego darle un abrazo.

-Yo también te extrañé -le responde la madre. Yo sonrío y Valen igual.

-¿Te quedaste dormida? -le dice Valentin.

-No, el jefe también fue a la fiesta de Josefina. Nos dio el día libre -dice, alzando las manos y las cejas - Parece que esos dos están en algo -comenta.

-Yo te dije que Josefa se lo quería garchar. Después de lo que te conté que ví en la oficina, era re obvio -por un momento, parece ser que Valentin se olvida de mi existencia porque, al verme, se sobresalta -¡Ah, si! Mamá, ella es Autumn. Autumn, mi mamá -me dice.

-Si, ya nos conocimos -le dice la mamá, mirándome.

-¿Qué? ¿Cuando? -Valentin me mira confundido.

-Hace un segundo, bobo. Cuando te fuiste a buscar la billetera -me río y me muerdo el labio inferior, mientras niego con la cabeza.

-Ah, que boludo -se dice a sí mismo.

-¿No se quedan? -cuestiona Mercedes. Sus ojos celestes miran a Valen y luego a mí.

-No, hoy no. Vamos a salir a comer acá a la vuelta, en el mercado -le explica.

-Qué pena, me habría gustado conocer más a tu novia -le dice la mamá, ignorándo el hecho de que, al momento de presentarme, le aclaré que era amiga de su hijo.

-Será en otro momento, señora -le dice Valen y me agarra de la mano. -Ya nos tenemos que ir -le dice y abre la puerta.

-Nos vemos, Mercedes -le sonrío y ella me toma de la mano.

-Un gusto, Autumn -me devuelve la sonrisa. -Nos vemos, hijo -le dice a Valen y él se despide igualmente.

Una vez fuera de la casa, caminamos un par de pasos hasta que me quedo quieta en el lugar. Miro fíjamente a Valen, esperándo a que él se de cuenta de mi ausencia y frene sus pasos. Cuando se da cuenta, mira hacia atrás, en mi dirección.

-¿Qué pasa? -dice y se acerca hasta donde estoy. Me agarra de la mano.

-"Me habría gustado conocer más a tu novia" -digo, imitando la voz de su madre -"Será en otro momento" -ahora trato de imitar la voz de Valen. Él entrecierra los ojos y sonríe.

-¿De qué hablas?

-Ella piensa que soy tu novia y vos no se lo negaste -suelto.

-¡Ah! Eso -dice y comienza a caminar, todavía agarrándome de la mano.

-No te hagas el boludo -le estiro del brazo, haciendo que vuelva a frenar el paso. -Mirame -le digo y obedece.

-¿Qué querés? -me dice, haciendose el desentendido. Pero su sonrisa lo delata por completo.

-¿Acaso tu mamá sabe algo de mí? ¿Y por qué vos no lo negaste? No quiero que tu mamá piense cualquier cosa, cuando la realidad es una completamente diferente a lo que ella dice -hablo.

-Si no somos tan distintos a los novios -me dice. Lo miro parpadeante. -Salimos, nos chamuyamos, nos damos besos... -enumera.

-Pero no somos novios. A penas nos conocemos, Valen -le digo.

-Sí, pero qué se yo -se excusa.

-No, amigo. "Qué se yo" nada -la conversación parece ser seria, pero los nervios y las sonrisas lo vuelve lo contrario. -¿Ella ya sabía de mí? -le agarro la cara con una mano, obligándolo a que me mire a los ojos. Sonríe ampliamente.

-Si, obvio. Le conté de vos -admite. Su respuesta me hace sentir halagada por una parte, pero por otra me pone mal: mis padres conocieron su existencia ayer en la noche y él acaba de admitir que le habló a su mamá de mí. -Si sabes que me re gustas, te lo hago saber todo el tiempo.

De nuevo, mis cachetes se ponen rojos.

-Igual... -desvío la mirada.

-Autumn, me re gustas. Te juro que no miento si te digo que sos la primera persona con la que tengo ganas de hacer de todo, más allá de lo físico. Y entiendo que a penas nos vimos unas cuatro veces, hablamos por dos semanas y toda la bola... Pero cuando te miro, siento algo en el pecho que digo "fua, Valentin, estás en la mierda". -Ahora es él quien me sujeta del rostro, con ambas manos.

-¿Sí? -es lo único que puedo decir. Él asiente con la cabeza. 

-Si no supiese cuál sería tu respuesta, te pediría que seas mi novio ahora mismo. Pero sé que vas a decir que no... y entiendo perfectamente la razón -me mira a los ojos detenidamente. -Por eso no te presiono... aunque ahora capaz sí te sientas presionada, ah -me río. -Pero espero que, a la larga, puedas decirme lo mismo que yo estoy admitiendo ahora.

-No sé qué decirte, Valen -digo y me besa.

-No hace falta que me digas nada, sólo me salió decirtelo. No esperaba una respuesta ahora mismo -dice.

-Igual... yo también siento que me gustas. Me asusta un poco porque es todo muy reciente, pero yo creo que vamos por buen camino... -le digo.

-Es bueno saberlo -me dice.

-Dame otro beso -lo obligo.

-Bueno, pero después vamos a comer. Es mi turno de ser sugar por un día -bromea y luego me besa.

Después de ese momento, caminamos hasta un mercado lleno de restaurantes. Dimos un par de vueltas mientras nos contámos un par de cosas personales, hasta que encontramos un lugar en el que comer.

-Tenemos suerte. El mercado suele estar plagado de gente, hoy está bastante vacío -me dice y yo asiento con la cabeza.

-Sí, seguro. Es re lindo el lugar -comento.

Después de eso, nos dedicamos a observar el menú y luego a pedir. El local es veggie friendly, por lo qu me pido un wrap de soja y verduras junto a una porción de papas fritas. Valentin se pide una hamburguesa con papas fritas y una mini pizza, el cual decidimos compartir.

Pasamos toda la tarde ahí dentro, hablando de muchas cosas y de nada a la vez.

En un punto de la salida, mientras nos dirigíamos hacia la parada del colectivo, le conté todo el drama de mi hermano...

otoño ⋘ wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora