9. Juegos a escondidas

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                           Juegos a escondidas
                                    | Adara |

Evelyn jamás volvió, le mande mil mensajes de texto y no me respondió, la busqué y no la encontré.

Iris estaba con Liam, bailando, besándose, y Dios sabe qué siguen haciendo.

Finn no estaba en ningún lado, no lo ví en toda la noche, tampoco me responde los mensajes.

Oliver estaba besándose en la zona VIP con la misma pelirroja que ví en el restaurante.

¿A qué mierda juegas peli negro? ¿Y quién carajo es ella?

No serás el único que se divertirá aquí.

¿Y yo? Sentada en una silla casi enfrente de Oliver y la pelirroja con los brazos sobre mis piernas cruzadas. Veía detalladamente cómo la sentaba en su regazo, acariciando sus muslos y con su mano libre, apretando su trasero. La devoraba ferozmente.

Como lo hizo esa noche en el restaurante conmigo...

¿Por qué carajo estoy aquí viéndo esto?

Es suficiente.

Él sabía que yo estaba aquí, observándolo, deseando ser ella.

Ya leí tu juego Oliver Boswell, y estoy a punto de cambiarlo.

Me levanté y tomé uno de los vasos con Tequila que se encontraba en su mesa, disimuladamente, me empoderé y lo eché sobre el jean de Oliver y una parte del vestido de la chica silenciosamente, sin que se dieran cuenta, sin frenar mi camino hacia las escaleras. ¿Qué iba a lograr con eso? No tengo ni puta idea, pero hará efecto. La música viajaba por los oídos de todos, entonces no podrían oírme ni sentir mi presencia.

—¡Joder! —oí a Oliver de fondo y una pequeña risa se escapó de mis labios.

Bajé por las escaleras con la mirada fija en mis botas hasta que choqué con alguien y alcé mi mirada.

Me quedé completamente helada.

Lo sien —Alcé mi mirada para disculparme—.¿Ustedes están bromeando? —exclamé con la
voz entrecortada.

—Fuimos por algo de beber, Josh y Marco nos mandaron. —Finn tragó saliva.

—Si, exactamen-te —concordó Evelyn.

—Solo-solo déjenme ir —balbucee—. Nos vemos en otro momento. Y saben que debemos hablar.

Algo en mi no les creía, confiaba en ellos con toda mi vida, pero sabía que detrás de esto había un secreto.

Deseaba fuertemente que esté equivocada, que sea tal cual ellos digan y ser yo la que se confundió.

Fui a la pista de baile y me dejé llevar, dejé que el alcohol me ganara por esta noche. No seré yo la que tome el control en este puto preciso momento.

Moví mi cuerpo al ritmo de la canción, perdiéndome totalmente en la música. Me sentía una perra con este vestido ajustado a la perfección. Hacía que mi culo se marcara, las curvas de mi cintura se notaran y mis tetas se alzaran. Mientras sacudía mi cadera, alzaba sensualmente los brazos por encima de mi cabeza.

Sentía una mirada fuerte y oscura sobre mi desde la zona VIP. Sabía que era él, lo sentía a Oliver acosándome pero no lo miré. Aun así, no evitaba interrumpir mi momento sexy.

Un chico castaño se acercó a mi, incitándome a bailar con él, y yo no me cerré a absolutamente nada.

Le dí la espalda para que pueda apreciar mi lindo cuerpo y tenga una mejor vista. El chico por instinto, llevó sus manos a mi cintura. Lamía mis labios frecuentemente, sujetaba mi cabello y lo dejaba caer varias veces para verme sensual.

AMOR ENTRE MENTIRAS | PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora