AMOR ENTRE MENTIRAS | PROCESO

27. Confusión

Confusión
| Adara |

—Yo ya no juego más —suelto y trato de irme como puedo ya que la masa de gente alrededor no me lo permite.

—Eso fue deprimente —grita Evelyn y no hago mas que rodar los ojos.

Subo las escaleras y me las arreglo a entrar a una habitación sin cerradura, ya que están todas trabadas

Al encontrar una, dejo ir un pesado suspiro de nervios.

Alzo la vista y me quedo congelada —. Lo siento, no sabía que estabas aquí, tranquilo, ya me iba. —Doy la media vuelta pero no me voy al sentir la mano de Marco en mi muñeca.

—No. Quédate —suplica.

Muerdo mi labio inferior con fuerza, ya sin la mano de marco sobre mi, me siento en la cama de la habitación, y él se sienta en la silla del escritorio enfrente de esta

—¿Cómo te fue ahí? —señala hacia atrás con su cabeza, prendiendo un cigarro.

—Fue divertido —tiemblo.

—¿Lo crees? —El humo hace que pierda el contacto con sus ojos.

—¿Por qué no lo haría?

Ni siquiera sé que estoy respondiendo.

Estar encerrada en una habitación gris de cuatros paredes con Marco me pone los pelos de punta.

—Me hubiera gustado que al que estes besando sea a mi. —Traga grueso, mirando hacia el techo.

Carajo.

Es un chico atractivo, no voy a negarlo. Es el primer pensamiento que tengo cuando se me lanza. Pero algo me lo impide. Siento la tensión en el ambiente

Mi pierna derecha empieza a subir de arriba abajo rápidamente. Siento como mi garganta se seca y no sé qué mierda decir.

Suspiro, tranquilizándome —. Marco, tu y yo no somos niños. Eso se acabó.

—Volvamos a empezar. Como amigos. Soy Marco. —Me lanza una sonrisa jodidamente sexy.

Arrugo mis ojos. —Hablaba en serio.

—Y yo también. —Se encoge de hombros.

—No se que hago aquí. —Me levanto—. Es tarde y debo irme.

Me acerco a la puerta pero una mano en mi espalda me detiene.

—Déjame llevarte.

¿Tiene auto?

Niego sin darme la media vuelta —. No-no puedo ni quiero Marco. Lo siento.

Tomo la manija de la puerta y salgo como puedo, sintiendo como el tacto de el moreno desaparece.

Bajo las escaleras y tengo una clara vista de todos los presentes.

Mi vista se centra en Oliver, que está hablando con una pelirroja. Veo cómo mira sus labios y luego su escote.

Por favor que no sea quién pienso que es.