AMOR ENTRE MENTIRAS | PROCESO

23. El periódico y Peter Pan

El periódico y Peter Pan
| Adara |

—Y entonces, le dije que no. Ahora que te escriban por instagram es lo mismo que decir hola, ¿cómo te encuentras?—Iris comenta.

—Coincido —respondo.

Mi amiga me estaba contando como uno de los chicos del grupo de bromistas se le estaba tirando, o por lo menos lo intentaba.

—¡Mierda, mierda, mierda! —Iris camina rápidamente a la dirección contraria a la que íbamos por el pasillo del instituto.

Arqueo una ceja y la copio.

—¿Qué sucede? —cuestiono intrigada.

Veo cómo suspira rápidamente, agitada, sin parar de caminar, casi correr.

La tomo del brazo y hago que se gire sobre sus talones para que me mire.

La pelirroja cierra los ojos con fuerza —. Está, está...Liam aquí. No sabía que vendría a nuestro mismo instituto.

Yo si lo sabía...

Su comentario hace que una sonrisa aparezca en mi rostro —. Eso es algo bueno, ¿no crees? —La suelto.

Entrecierra los ojos y suspira pesadamente, como si se rindiera en batalla —. Espero, o sí, tal vez, ojalá, afirmativo.

Arqueo una ceja, metiendo las manos en el bolsillo de mi short color cielo —. ¿Espero? ¿Cuál te mandaste? o mejor dicho, ¿de qué me perdí?

Niega con la cabeza, cruzándose de brazos —. Me alejé de él-sin darle explicación, fui una estúpida, una total inmadura. —Baja la mirada.

—No me digas, ¿porque es más pequeño que tú?

Traga grueso.

Me muerdo el labio inferior, sonriendo —. Me sorprende que te comportes así en esta situación, como sea, vamos a los baños. Eres tan predecible.

Lo digo yo, la más obvia de todas.

Ya en los baños, al ingresar, la mayoría de las estudiantes se me quedan mirando, me aplauden y hasta me felicitan.

—Quisiera ser tú —oigo como una joven me dice marchándose del baño, dándome una sonrisa de boca cerrada.

—¡Te felicito! Me gustaría saber como lo lograste. —Una compañera de clase con la que hablé muy poco me regala un símbolo OK con sus delicadas manos.

Lo único que puedo hacer con mi cara es mirarlas extrañadas, ¿por qué me felicitan? ¿qué-mierda?

Iris abre el grifo del lava manos y eso me hace reaccionar.

—¿Qué carajos sucede? —habla haciendo que sus dedos se cubran de agua.

Reacciono y me apoyo en una de las paredes, no lo suficientemente lejos para que no me pueda oír —. Si supiera la respuesta te podría responder.

Una puerta de los cubículos se abre fuertemente, espantándonos a mi y an Iris.

Abro los ojos al instante al escuchar ese fuerte ruido.