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Día tres en el apartamento de Park.
El pequeño Sunoo se hallaba sentado en el regazo de Park, ambos viendo la película animada que el primero quería.
Sunoo amaba las películas infantiles más que a nada. Eran sus favoritas, podía verlas durante horas.
Pero Sunghoon lo único que podía ver eran esas hermosas y blanquecinas piernas descubiertas. Sólo anhelaba que llegase el reto número ocho, deseando omitir los anteriores. Sin embargo, solo iban por el tercero. Y tampoco era como si no disfrutaría los desafíos restantes.
Hoy iba a ser algo más tranquilo, puesto que Sunoo solo debía mostrarle su ropa interior. No se suponía que hubieran toqueteos de más.
O al menos eso pensaba Kim, apoyando su cabeza en el pecho del mayor.
-¿Te aburre la película, pequeño? -preguntó el pelinegro en su oído, para luego lamer el lóbulo de éste.
El rubio se removió en su lugar ante su estremecimiento, reprimiendo forzadamente un jadeo.
-N-No, hyung. P-Pero tengo un poco d-de sueño -bostezó, ahora acomodándose a horcajadas.
Sunghoon miró el reloj de su muñeca y se dio cuenta de que ya eran las doce y media de la noche.
-Hmm... -lo miró con una pequeña sonrisa ladina-. ¿Quieres tomar un baño calentito, y luego duermes?
El bajito asintió, levantándose y bajando un poco su short de Park, ya que éste se había apegado bastante a su trasero y se había subido, mostrando un poco de más.
Era normal estar vestido con ropa 'veraniega' en el apartamento, debido a que la calefacción estaba un poco alta y hacía un mínimo de calor.
Caminó por el pasillo, sintiendo la penetrante mirada de Park en su trasero y quizás, solo quizás, moviéndolo y meneándolo un poco para provocar a su hyung, y llegó a su habitación.
Sunghoon relamió sus labios, sintiendo sus colmillos alargarse y sus músculos contrayéndose, obligándolo a dar un brusco paso hacia adelante, donde estaba el cuarto del menor.
Se sorprendió, ya que nunca en su vida se le había ocurrido algo como eso. Pero comprendió y afianzó la teoría de que, en serio, debía marcar aquel blanquecino cuello.
Sunoo salió de su habitación con su bata puesta, puesto que debajo no tenía nada, y en sus manos traía la ropa que se pondría para dormir.
-¿Honnie? ¿Se encuentra bi... en? -preguntó inocente, luego asustándose un poco al ver el aspecto de su mayor.
El lobo de Sunghoon solo enloqueció más.
-Sunoo, ve al baño antes de que haga algo de lo que puedes arrepentirte -ordenó, respirando pesado y cerrando sus ojos con el ceño fruncido.