𝐂𝐡𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧𝐠𝐞 #𝟓 (✅)

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—Y luego ella comenzó a poner excusas, como por ejemplo, que éramos predestinados, que no podía dejarla, que esto, que lo otro —Sunoo rió al oír aquella divertida historia que contaba su mayor—

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—Y luego ella comenzó a poner excusas, como por ejemplo, que éramos predestinados, que no podía dejarla, que esto, que lo otro —Sunoo rió al oír aquella divertida historia que contaba su mayor—. Era obvio que ella me tomaba de estúpido, claramente no éramos predestinados —besó el hombro descubierto del menor.

El rubio bajó la mirada con una sonrisita leve.

—No me importaron las "amenazas" que me impuso —continuó, haciendo comillas con los dedos—, era patética. Creía que podía controlarme, justo a mí —rodó los ojos riendo—. Juró vengarse algún día, eso es lo más gracioso de todo. Estoy seguro de que ahora ya debe tener un o una alfa, y muchos cachorros. Igualmente no es como si me importara.

Sunoo escuchaba atento sobre el regazo de Sunghoon, quien lo abrazaba por la cintura. El par de lobunos se encontraban en el comedor, ya habiendo terminado de cenar. El alfa le contaba sus experiencias raras «amorosas» que había tenido antes de conocerse, y el de orbes caramelo solo oía con interés y reía.

—Y... ¿qué hay de ti? —preguntó, besando su mejilla ruborizada.

El omega se tensó.

—¿Y-Yo? —jugó con sus dedos nervioso.

—Claro, bebé. ¿Alguna experiencia pasada que quieras contarle a tu alfa?

Sunghoon quería saber, aunque era más posesivo que la mierda. Sabía que si su pequeño le contaba acerca de algún enamoramiento pasado saldría su lado celoso a la luz.

—Y-Yo no... uhm... N-No —balbuceó tímido, aún con la cabeza gacha y jugando ahora con las mangas de la camisa del contrario que traía puesta.

—¿No quieres contarme? —preguntó frunciendo el ceño. El rubio relamió sus labios nervioso—. ¿Qué es lo que no tengo que saber, eh?

Más el rubio volvió a negar con su cabeza.

—Yo n-nunca he... Es decir —estaba muy inquieto—, nunca tu-tuve pareja —confesó.

El azabache suavizó su semblante, mirándolo con curiosidad.

—¿Nunca, nunca? —el menor negó—. ¿Nunca, jamás? ¿Jamás de los jamases? —su respuesta fue la misma.

No podía subir su mirada. Estaba demasiado sonrojado y avergonzado.

—Entonces... ¿soy el primero? —ahora el contrario asintió.

—Y el ú-único... —susurró.

Sunghoon sonrió, besando tres veces su ruborizada mejilla.

—Seré tu primera vez en muchas cosas —dijo avergonzando aún más al contrario—. No te avergüences, mi vida. Me encanta la idea de que nadie te haya tocado, salvo yo —sonrió de costado.

Ten days of whatsapp challenge ✰ SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora