•°.·Perfect •°.· (John Dory X Oc) ¡AU!

De camino a Clay.

J.D. y Toño volvieron con Cáliz, Ramón y Brandy. Estos dos últimos fueron rápidamente con Toño al ver sus ojos hinchados, pero él solo respondió con un simple "estoy bien", tratando de tranquilizar a su esposa y a su hermano.

John Dory por su parte se acercó a Cáliz, quien solo le sonrió cálidamente. — Le dijiste todo, me imagino. —

John Dory asintió, suspirando y colocando sus manos en su cintura. — Bueno, tenía que hacerlo, debía enterarse de todo lo que paso. —

— No estás golpeado. — Cáliz le dió un codazo en el costado a John Dory, quien solo se rió.

— Fue mejor de lo que creí, ¡pero hey! Hoy pasaron dos cosas muy importantes, me reconcilie con uno de mis hermanos... Y me enteré que soy tío. — J.D. aún no asimilaba por completo la nueva noticia, pero lo haría eventualmente.

Por su parte, Cáliz solo soltó una pequeña risilla divertida. — Supongo que es una buena forma de mostrar el pasar del tiempo. —

J.D. miró a Cáliz, abrazándola por los hombros. Sin darse cuenta, Cáliz estaba completamente sonrojada y un poco en shock por la cercanía de ambos.

— Estás tensa. —

Ella rió nerviosamente, desviando la mirada con vergüenza, tratando de buscar alguna excusa para liberarse del abrazo de John. — ¿Tensa? ¿Yo? Si claro... Son imaginaciones tuyas... —

El troll finalmente notó las mejillas rosadas de Cáliz, lo que lo hizo sonreír de oreja a oreja, satisfecho de su cometido. Se acercó aún más a su rostro, sin dejar de abrazarla. — ¿Estás nerviosa? —

— ¡¿Qué?! Pff... N-No... — Cáliz buscó con la mirada algo para huir, hasta que algo se le vino a la mente. — ¡Mira que tarde es! Deberíamos irnos antes de que anochezca... ¡Iré a despedirme de Brandy! — Finalmente se alejó de J.D, quien solo mantenía aquella sonrisa satisfecha.

La troll por su parte huyó lo más rápido que pudo, saliendo del restaurante y buscando a Rhonda para encerrarse, queriendo calmar su corazón acelerado.
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Los tres hermanos salieron del restaurante minutos después de Cáliz.

Toño cargaba a Ramón, ahora dormido, mientras John Dory le ayudaba a cargar algunas cosas que él llevaba para el largo viaje.

Se habían puesto de acuerdo con Brandy, él buscaría a sus hermanos mientras ella cuidaba de sus hijos y se encargaba del restaurante, pero él debía cuidarlos tan pronto regresara para que ella pudiera irse a descansar.

En el camino, John Dory y Toño iban platicando, sobre como conoció a su esposa, anécdotas de cuando ambos eran niños, la relación amor-odio que se generó cuando se convirtió en papá, entre otras cosas.

Claramente no podían evitar salir a la luz todas las confesiones, como los problemas de autoestima que Toño tuvo por mucho tiempo por las fuertes exigencias de John, o el constante estrés y cansancio por el que pasó J.D. cuidando de sus cuatro hermanos en su momento.

Aunque no lo mencionó directamente, Toño pudo notar como en toda la conversación, su hermano mayor no se refería a sí mismo como un niño, si no más bien como un adulto, lo que no era en ese momento. Sin quererlo, cuidar de los cuatro le quitó la infancia a J.D...
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Cuando llegaron con Rhonda, se encontraron con la grata sorpresa de que Cáliz estaba sentada en una esquina, pero estaba dormida.

John Dory rió suavemente, aprovechando para acomodar a Cáliz y a Ramón para que ambos durmieran mientras ellos se encargaban de viajar.

Toño se encargó de arroparlos juntos, cubriéndolos con una manta con cuidado de no despertarlos antes de ir con su hermano, quien ya estaba conduciendo.

Llegó a su lado, recargandose en el costado de la silla. — Entonces, ¿tienes una idea de dónde podrían estar Floyd o Clay? —

Por su parte, el mayor de los dos negó. — No, pero según recuerdo él quería encontrar otros trolls que lo tomarán en serio, o eso dijo. —

— Hmm... ¿No recuerdas dónde quedaba su club de libros tristes? Tal vez sepan a dónde fue. — Toño sugirió al recordar que Clay había mencionado que le gustaba mucho leer libros con temática triste.

— Uhm... Supongo que la dirección debería estar en algún lugar de su vieja habitación, pero no es muy seguro ir ahí... — Sintió un escalofrío recorrerle la espalda en cuanto recordó lo que había pasado la última vez que estuvo ahí. — De todos modos, deberías descansar, todo este tema debe haberte agotado, y seguramente será un largo viaje... Pensaremos por dónde empezar en la mañana. —

— Tú también deberías dormir, viajaste hasta isla vacación para buscarme. — Toño le dió una sonrisa reconfortante.

— Alguien tiene que manejar, podrás reemplazarme en cuanto amanezca. — John Dory también le sonrió a su hermano, quien solo asintió, dándole un pequeño y suave golpe en el pecho con el puño.

— Buenas noches, bro. —

— Buenas noches. —
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La mañana no tardó en llegar, y en cuanto Toño despertó, reemplazó a John Dory en el volante para que él pudiera dormir.

Cáliz y Ramón despertaron por la tarde, Cáliz estaba un poco más cansada de lo normal, pero Ramón tenía mucha energía, hablando y hablando con Toño, quien lo escuchaba con atención pero siempre manteniéndose atento al camino.

Ninguno tenía idea alguna de dónde podría estar Clay o Floyd, sin tener una idea exacta, por lo menos hasta que Ramón buscó por todos lados y vió los divertruenillos que solía usar Clay en sus presentaciones, metidos en una vitrina.

Fue rápidamente hacia ahí, subiendo con un banco y rompiendo el vidrio sin mucho cuidado, llamando la atención de su hermano y Cáliz, al mismo tiempo que despertó a John Dory, aunque solo por unos segundos, porque rápidamente cayó dormido otra vez.

— ¡Ramón! Baja de ahí, ¿que rompiste? — Toño se levantó rápidamente para bajar a Ramón del banco, mientras Cáliz tomaba su lugar en el volante.

— ¡Mira! Tal vez esto nos ayude para encontrar a Clay. — Ramón sostenía los calzoncillos que solía usar Clay. Toño al verlos hizo una mueca de asco y sorpresa, mirando a John Dory y preguntándose porque los había conservado.

— Si, bueno Ramón... ¿Como planeas que nos ayude a encontrarlo? — Ramón bajó de los brazos de su hermano, tomando un palo de madera y colocando los calzoncillos en la punta, saliendo por la ventana y colocándolo frente a Rhonda.

Obviamente Toño se asustó, así que lo jaló hacia adentro casi de inmediato. — Dios, Ramón, no puedes hacer ese tipo de cosas tan arriesgadas. —

— ¡Pero mira! — Ramón señaló hacia afuera, no había nada especial, pero Rhonda iba por su cuenta.

— Parece que Rhonda sabe a dónde ir... — Cáliz rió nerviosa.

— ¡Nos va a llevar a Clay! — Ramón parecía entusiasmado, aunque gracias a ese entusiasmo no pudo notar la mirada dudosa que se compartió entre Toño y Cáliz.
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Tengo mucha tarea, no creo poder actualizar tan seguido, pero haré el intento porque también me estoy quedando sin ideas. 😔